Semilla: “Arévalo buscará alternativas para gobernar sin necesidad del Congreso”
Un candidato que defiende banderas progresistas ha puesto el pie en el poder en una de las sociedades más tradicionales y conservadoras del hemisferio. Bernardo Arévalo, elegido presidente de Guatemala en una jornada marcada por una persecución del Ministerio Público contra su partido, ahora enfrentará al desafío de, a partir del próximo 14 de enero, liderar una cruzada por la recuperación de la institucionalidad democrática en su país, en un contexto centroamericano adverso. Movimiento Semilla aún no se ha pronunciado sobre el abuso de poder de Bukele en El Salvador, pero su jefe bancada deja claro en esta entrevista que serán implacables contra el autoritarismo.
Bernardo Arévalo de León, el candidato revelación en la segunda vuelta electoral fue elegido este domingo 20 de agosto por la mayoría de los guatemaltecos como el virtual ganador de las elecciones presidenciales. A falta de que el Tribunal Supremo Electoral dé como oficiales los resultados, los datos preliminares, con el 100 % de actas escrutadas, le dieron el triunfo con más de 900 mil votos de diferencia en una jornada que tuvo un 45 % de participación. Ahora, el desafío viene el día después y hasta el 14 de enero, fecha en la que asumirá la batuta presidencial en Guatemala.
Elegido presidente, Arévalo no solo atiende a las amenazas de la persecución judicial impulsada por el Ministerio Público de Consuelo Porras, sino que, además, de la capacidad de construir gobernabilidad con actores claves en la toma de decisión para hacer posible su principal bandera de campaña: la lucha contra la corrupción.
Bernardo Arévalo deberá gobernar en solitario con un Congreso en el que cuenta tan solo con 23 de 160 escaños para impulsar sus ambiciosas reformas contra la corrupción como una nueva Ley de Servicio Civil, de Partidos Políticos, entre otras más.
A pesar del desafío, Samuel Pérez, jefe del bloque legislativo de Semilla en el Congreso y exsecretario general del Movimiento, expone en esta entrevista en FOCOS que, ese gobierno en solitario, deberá encontrar alternativas para impulsar su agenda política, a pesar de un Congreso opositor.
“Lo que uno ve, e incluso en investigaciones judiciales sobre este tema es que los diputados, o la mayoría de los que componen el Congreso, llegan a votar porque el presidente les dice: les voy a dar dinero en efectivo o bajo la mesa, les voy a dar plaza en algún ministerio, les voy a dar contratos públicos del Estado con sus empresas. Así es como funciona”, señala Pérez.
Para el líder político, el cambio que suponen Arévalo y su partido pondrá en una encrucijada al sistema político actual. “Ahora, cuando se cierra ese chorro, esa dinámica, el Congreso tendrá dos opciones: o comienza a buscar otro tipo de incentivos para reivindicarse frente al pueblo, porque entendió el mensaje y van a construir una agenda en conjunto o, simplemente, vamos a tener que buscar otros tipos de alternativas en la que el Ejecutivo pueda hacer otras cosas sin necesidad del Congreso, alianzas con el pueblo de Guatemala”, dijo Pérez en una entrevista con Focos horas antes de la elección presidencial.
Arévalo, quien ha hecho de la lucha contra la corrupción su principal emblema de campaña deberá administrar las expectativas generadas en sus votantes. Y una apuesta de su gobierno, indica el diputado, estará enfocada en recuperar el sistema de justicia, lo que no implicará necesariamente una cacería penal, sino la implementación de reformas en el sistema judicial.
“Lo importante para combatir la corrupción es cambiar los incentivos y las reglas del juego para que no sea tan fácil robarse el dinero público, para llenar de plazas sus ministerios. Con esto, la persecución penal será secundaria”, añade.
Una nueva CICIG está descartada por ahora en el Gobierno de Arévalo
Ahora en el poder, el jefe de la bancada de Semilla es consciente que arrebatarles los privilegios a los actores tradicionales que sostienen “el modelo fracasado de corrupción e impunidad en Guatemala” no será una tarea fácil. Sin embargo, su apuesta de depuración judicial no pasa necesariamente por la instalación de una nueva Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. “En este momento no es un tema propuesto”, dice.
“Hay dos actores claves que han sido particularmente nocivos para la democracia en el país. El primero, es el fiscal especial contra la impunidad Rafael Curruchiche quien ha empezado una persecución penal en contra de Semilla, una persecución política en contra del partido, y el segundo es el juez Fredy Orellana, también conocido internacionalmente por actos de corrupción.
Ambos funcionarios han provocado de manera completamente ilegal acciones que intentaron perjudicar nuestra campaña electoral. Primero lo que hicieron fue intentar la personería jurídica del partido, pero después de eso cometieron ilegalidades como allanar la sede, girar órdenes de aprehensión contra integrantes del Movimiento”
A pesar de las denuncias de Semilla contra estos operadores de justicia, Pérez le resta relevancia en estos momentos a combatir la depuración judicial a través de un mecanismo como la CICIG que, en el pasado, con el comisionado Iván Velásquez a la cabeza, y con un Ministerio Público comprometido, permitió una depuración de actores corruptos sin precedentes en ese país centroamericano, hasta la expulsión de la Comisión durante el gobierno de Jimmy Morales y la posterior desarticulación del MP.
Sin posturas sobre Bukele, pero rechazan el autoritarismo
Arévalo y Semilla representan una apuesta desde el progresismo en una región centroamericana caracterizada por el autoritarismo y el abuso del poder. Al ser cuestionado sobre los desmanes de Bukele en el Ejecutivo salvadoreño, en acciones condenadas internacionalmente por ser violatorias a los derechos humanos bajo el régimen de excepción, el dirigente de Semilla asegura que no se han elaborado pronunciamientos sobre la situación de El Salvador pero que su partido y el presidente electo serán contundentes contra el autoritarismo.
“No se han elaborado posturas sobre El Salvador. Hemos visto informes sobre el tema de derechos humanos y hemos sido contundentes contra acciones autoritarias en Centroamérica, como la farsa de elecciones en Nicaragua. La corrupción funciona con autoritarismo, con dictaduras. Solo les queda la fuerza. Nuestra postura es defender democracia en todos los espacios”, asegura en esta entrevista.
Bernardo Arévalo y Karin Herrera gobernarán Guatemala durante los próximos cuatro años desde el 14 de enero de 2024. Enfrentarán amplios desafíos a nivel político, pero también social, con un importante porcentaje de su población por debajo de la línea de la pobreza y con más de la mitad de su niñez menor a cinco años en situación de desnutrición.
“Más allá del día de mañana lo más importante es observar lo que pase desde el 21 de agosto hasta el 14 de enero”, concluye Pérez.