Exdirigente RN-FMLN: masacres como la del río Lempa buscaban frenar el crecimiento de la guerrilla
El exdirigente de la RN-FMLN, Ricardo Vásquez, afirmó en FOCOS que las masacres ocurridas durante los primeros años de la guerra salvadoreña, como la ocurrida en el río Lempa en 1981, buscaban frenar el crecimiento de los movimientos insurgentes.
Vásquez planteó el contexto político y militar en el que ocurrió la masacre del río Lempa en marzo de 1981, cuando un operativo del Ejército persiguió a 7,000 pobladores de Santa Marta y otras comunidades de Cabañas y los atacó en las riberas del río Lempa, cuando intentaban cruzarlo para refugiarse en Honduras. Se estima que esta masacre dejó 200 víctimas, entre muertos y desaparecidos, y fue una de las tres primeras matanzas de la guerra salvadoreña.
Al momento de la masacre, esa zona estaba dominada por la Resistencia Nacional, una de las facciones que conformaron el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
«Las masacres tienen el objetivo de sacar al pez del agua, de eliminar la posibilidad de crecimiento de la guerrilla y resguardar a los puestos militares que tenía el Ejército en esas zonas, en el marco de la estrategia de guerra de posiciones», afirmó Vásquez, quien también es uno de los creadores de la Fundación del Río Lempa (Fundalempa).
Explicó que el Ejército sabía que la guerrilla estaba en desventaja y por eso mantendría una estrategia militar de movimientos (desplazamientos rápidos de material y tropas) y no una guerra de posiciones (cuando los ejércitos combatientes mantienen líneas estáticas de fortificaciones o trincheras). Por eso había que eliminar estos primeros focos guerrilleros para resguardar los puestos militares en esa zona del país, añadió.
Estados Unidos jugó un papel activo en la guerra salvadoreña, dijo Vásquez. El exdirigente aseguró que no solo proporcionó ayuda militar a El Salvador, también tenía la dirección del Ejército. Eran «dirigentes militares en la guerra», afirmó.
«Los norteamericanos evaluaron todo eso, es decir ‘localicemos el conflicto: Chalatenango, Morazán, Cabañas, norte de San Miguel; golpeemos a los focos guerrilleros ahí, golpeemos a la población civil y resguardamos la línea de posiciones'», indicó.
Vásquez también señaló que para entender las masacres ocurridas en la zona rural se debe tomar en cuenta que la reserva estratégica del ejército que estaba formando la guerrilla estaba precisamente en los trabajadores del campo. En ese sentido, consideró que es «un poco perverso» señalar que la guerrilla fue responsable de alguna manera de masacres como la del río Lempa, porque su trabajo cercano con las comunidades las expuso a la represión militar.
«Las masas eran familiares de los guerrilleros. ¿Cómo voy a abandonar yo a mi papá, a mi mamá, a mis hijos y a mi abuelita? No es que la guerrilla estaba manipulando esas masas para cubrirse del enemigo, eran sus familias. Este argumento cae en el rídículo», concluyó.
Una evidencia de que estas masas eran familiares de los guerrilleros es precisamente la repoblación de Santa Marta en 1987, indicó. Llegaron del campamento de refugiados de Mesa Grande, Honduras. «Vienen también con el mismo entramado familiar, cultural, de identidad familiar», afirmó.