Anabel Belloso: “No se acaba el mundo si el FMLN pierde su personería jurídica”

(Transcripción editada de la entrevista realizada por Claudia Palacios)

En los últimos años, la diputada del FMLN, Anabel Belloso, ha sido una de las pocas voces protagonistas en un partido que parece haberse replegado ante la marea cyan. La organización política que durante los gobiernos de Arena se constituyó como una oposición férrea contra su enemigo ideológico, en el contexto de la deriva autoritaria y antidemocrática de Nayib Bukele, apenas ha aparecido, con tibios pronunciamientos contra hechos tan graves como el régimen de excepción o la reelección inconstitucional del presidente. 

Con sus líderes históricos desaparecidos de la agenda pública, entre ellos exfuncionarios con señalamientos e investigaciones por casos de corrupción,  y una secretaría general a cargo de Óscar Ortiz, un político ahora reacio a conceder entrevistas, el FMLN no ha logrado posicionar a sus liderazgos jóvenes ni convencer a los votantes sobre el proceso de renovación porque el que dice estar transitando.

En esta entrevista, la candidata a la reelección por una curul en la Asamblea Legislativa asegura que la militancia exige cambios al partido, y que será esa militancia la que definirá si estos cambios han ocurrido o no. El éxito de este proceso de debates internos, y de la anunciada renovación del FMLN, se medirá en estas elecciones presidenciales, legislativas y municipales a celebrarse en febrero y marzo próximos, en un contexto en el que el presidente Bukele y Nuevas Ideas prometen que provocarán la desaparición de este partido político. 

El FMLN va cuesta arriba hacia la que podría ser su última cita electoral con su actual personería. Pero aunque llega a la cita en su punto más bajo de simpatías — 4.3% de identificación partidaria en julio de 2023, según Fundaungo — la diputada cree que el partido todavía tiene una ventana de oportunidad entre la población desencantada con el oficialismo o indecisa. Y aun si el peor de los escenarios ocurre, afirma Belloso, el proyecto del FMLN, como una institución con raíces en la organización popular, seguirá a pesar de la cancelación de su actual bandera y siglas. 

¿Qué diría usted que distingue a la oposición del FMLN en este quinquenio del gobierno de Bukele?

Seguir proponiendo, seguir articulando.  Y quizás acá uno de los elementos que se cuestionó mucho en otros momentos es cómo hacer el vínculo con el movimiento social, con las organizaciones sociales. No se trata de sustituir la organización, sino de cómo articular y  acompañarlos en sus demandas. Eso, por lo menos en 2021-2024, hemos procurado hacerlo de mejor forma, para poder trasladar esas demandas de la gente, en este contexto de retrocesos, a la Asamblea Legislativa.  Pero obviamente también había que cumplir un rol, debido a la correlación actual, de contraloría, vocería, que tenemos el privilegio de tener, a diferencia de otros que quizás hoy tienen miedo de expresarse ante un gobierno autoritario. Entonces, lo que hemos procurado en este periodo es eso, y que la gente te vea coherente con lo que has propuesto, con lo que define qué sos, en esos espacios.

Pero el FMLN ha sido particularmente tibio en los últimos años en cuanto a sus posicionamientos, su capacidad de articulación con otros actores para movilizaciones u otro tipo de acciones ciudadanas. ¿Cree que como partido ha sido una oposición a la altura del momento histórico que vive el país?

Es algo que la militancia también ha señalado en diversos momentos. Sin embargo, quizás hemos tenido altibajos, de manera institucional, ante la opinión pública o al momento de salir de manera oportuna, ante lo que se vive en nuestro país.  Y por eso algunos que tenemos la oportunidad de tener acceso a un micrófono, de estar en una plataforma que nos permite llegar a nuestra gente, pues lo procuramos hacer en representación del FMLN, porque somos el proyecto en el que estamos, en el que creemos y en el que militamos. Creo que en esos momentos es donde se ha tomado conciencia y se ha procurado enmendar, o mejorar en los posicionamientos públicos, sobre los diversos momentos o problemas que enfrenta el país.

¿Por qué salen unos (dirigentes) y por qué no otros? Creo que hay mucha madurez política  por parte de algunos compañeros, que saben que en el caso del manejo malintencionado de algunas voces que vienen principalmente del oficialismo, hacen mejor quizás sin salir. Entonces, ahí creo que es contradictorio, porque algunos dicen “¿por qué no siguen saliendo?” y otros dicen, “¿por qué salen?”. 

Usted decía que las bases tienen claridad sobre lo que necesita el país, ¿la dirigencia del FMLN tiene claridad sobre lo que requiere este contexto actual? Insisto porque no hemos visto a un Óscar Ortiz pronunciarse contra la reelección inconstitucional o presentando acciones, como hicieron otros partidos, por ejemplo.

Desde el primer momento en que se asume esta dirección, desde el 2019 a la fecha, ha habido debates fuertes que han permitido ir estableciendo con claridad; primero, el contexto histórico en el que estamos, y luego, cómo se considera debe enfrentarse ese momento. Es a veces complejo decir que no se ha hecho nada, porque al final sí ha habido pronunciamientos, quizás no acciones concretas como ir a interponer un recurso en este caso específico de la reelección inconstitucional, pero ha habido otras acciones.  O sea, tampoco es que se puede decir de que no hay nada.

Al menos desde la militancia se ha logrado incidir en que la dirección debe de ser más beligerante. Si se ha logrado ser o no, la militancia lo va a evaluar y lo digo porque sí, porque a veces ha habido, por parte de la misma militancia, una exigencia de más acción, de más pronunciamiento, de más decisiones claras y concretas, de por qué a veces se hace o por qué no. 

El tema es que es una elección que puede ser decisiva. El partido se enfrenta a una probable extinción, ¿por qué parece que no tuviera este carácter de urgencia para salvar su pellejo?

Necesidad de lucha y de organización habrá siempre que sigan las injusticias en el país, siempre que alguna gente no tenga para comer ni para llevar alimentos a su mesa. Tener o no una personería jurídica no quiere decir que te van a desaparecer o extinguir; eso sería que eliminen hasta el último militante que existe en el último caserío, en el lugar más recóndito del país. Claro, se valora la personería jurídica al final,  porque también es producto de una lucha que se dio y que, con la firma de los Acuerdos de Paz, permitió que se respetara la pluralidad en el país, y por eso estamos trabajando. Y hemos procurado, desde el ejercicio de la elección interna por ejemplo, proponer perfiles de compañeros y compañeras que puedan sumar desde los espacios donde están participando, para mantener viva esa personería jurídica. Pero no se acaba ahí el mundo; peor en las condiciones en las que estamos actualmente como país, en ese marco de retrocesos en el que estamos viviendo. Nuestras formas de lucha son muchas. 

Las encuestas dicen que los partidos de oposición seguramente no lograrán tener una diputación,  ¿hay algo que puedan hacer de aquí a febrero para cambiar las encuestas?

Respeto totalmente las encuestas, son una fotografía de determinado período. Y al menos, en las últimas, se ha venido reflejando muchas cosas interesantes en las opiniones de la población; no únicamente en el tema del porcentaje o cómo queda posiblemente la correlación legislativa, sino que también un sentimiento de la gente en torno a la necesidad de que haya un equilibrio. Eso la población lo está mostrando ya desde algunos sondeos. Creo que el primero de ellos fue una de la Gavidia, donde la población ya hablaba de eso. Habla de derechos humanos, algo que en sondeos anteriores no se veía reflejado. También hay una oportunidad de ir al encuentro de aquellos que públicamente no reflejan una posición clara de decir “yo me voy por éste o por el otro”, sino que hay una cantidad considerable que todavía no expresa una preferencia, y creo que ahí hay algo escondido en el sentido del temor que la gente tiene actualmente de expresarse de manera libre. Entonces, quizá la encuesta no refleje plenamente esa realidad, habrá que ver, pero eso implica para nosotros un redoblar los esfuerzos que hasta hoy se han venido haciendo para poder llegar a esta población que conozca tu propuesta, que conozca tus alternativas y que te dé la confianza de cara al proceso electoral. 

¿Cómo van a lograr que ustedes sean la opción que los electores tomen dentro de todas las opciones de oposición que hay?

Bueno, creo que aún cuando se coinciden algunas cosas hay en otras en las que no, por ejemplo, en materia económica, hay mucha diferencia en torno a cómo creemos que debe de ser un modelo económico que se implemente en el país, y ahí la población obviamente tendrá que valorar. Desde la propuesta, nosotros insistimos mucho en que la gente decida de manera informada. Nosotros, en el caso de la economía, tenemos en cuenta que se sostiene principalmente por el micro, por el pequeño, por lo que hoy se llama emprendedurismo, que yo lo siento todavía un término bien romántico, que invisibiliza todos los retos que implica iniciar un negocio por cuenta propia, que estés desprotegido socialmente. Nosotros tenemos mucho énfasis en la protección social, principalmente para el más vulnerable, para sacarlo del rezago en el que se pueda estar y poder dar otras condiciones de vida. Hay algunos que no tienen esa visión.  O en derechos más progresivos algunos tienen una visión más cerrada, más conservadora. Creo que la población debe valorar todo eso y tiene la oportunidad de comparar. 

¿Por qué cree que el proyecto del FMLN se mantiene vigente en el contexto actual del país?

Nuestro partido tiene 43 años. Desde que se forma nace en un contexto de dictadura militar, donde el pueblo, al ver cerrado todo espacio, ante la violación de derechos, la represión, la persecución, la crisis económica, el desalojo de las tierras, cosas que uno puede ver que son muy similares a cosas que hoy estamos viviendo,  toma la decisión de organizarse y luchar para poder detener esa dictadura. La vigencia se la da justamente ese motivo.

¿Usted considera que fue un error no haber formado una coalición opositora  y competir por separado en esta elección que es determinante para todos los partidos de oposición?

Creo firmemente que lo que hoy tenemos y cómo vamos al proceso electoral es hasta donde dieron las posibilidades de este contexto. Pero no descarto que en algún momento se requiera otro tipo de esfuerzo que lleve a hacer una especie de alianza, más allá de aquellos con los que ideológicamente tengas puntos comunes, así como nos han dado ejemplo otros momentos de la historia de El Salvador.  Creo que eso se debe de seguir explorando o trabajando. Para hoy no fue posible. Y debo decirlo, porque asumo también con mucho compromiso la decisión de la Convención Nacional de nuestro partido, que es la máxima autoridad, que dijo vamos a participar y lo vamos a hacer en todos los tipos de elección y lo vamos a hacer de esta forma. Acertado o no, pues creo yo que el tiempo también nos va a decir si fue o no lo mejor.  

¿Usted participó de reuniones con otros partidos o sectores de la sociedad civil para el intento de conformación de una alianza que se dio hace unos meses?

No, no tuve oportunidades de estar ahí.

¿En el partido se supo quiénes participaron en esas reuniones?

Lo hablaba el secretario general de manera pública, pero sin mayores detalles. Al final, sí se sabe que siempre hay interlocución entre tus pares, no solamente en este contexto. Ha sido también en otros momentos.

¿Usted supo quiénes más participaron del FMLN en esas reuniones?

Bueno, supe del secretario, no sé si hubo más.

¿Y a usted no le pareció importante aclarar en qué consistió la participación de dirigentes del FMLN en esas conversaciones?

No.

¿Por qué?

Porque estábamos ya metidos de lleno en nuestro proceso interno.

Para Anabel Belloso, ¿cuál hubiera sido la mejor decisión?

En este momento creo que fue la mejor decisión, porque no había condiciones como para lograr establecer candidaturas únicas desde un bloque más amplio.  Al final el tiempo apremia, y obviamente se requerían decisiones.  Para mí, al menos, es la correcta. Creo que por el momento todavía no había un nivel de madurez para poder concretar algo único, pero no cierro la posibilidad a que esto se pueda construir para el futuro.

¿Cuáles serían las condiciones que hicieron falta para poder concretar esa alianza?

No sé si es tanto el tema de diferencia ideológica; es un punto, pero quizás otro tipo de de visiones o quién asume o no la candidatura. No sé, porque no participé en ninguna de esas discusiones, sino que más allá de lo que uno se entera gracias a las investigaciones periodísticas.  Podría decir que no hubo quizás un consenso pleno en algunos puntos.

¿Qué proyecto alternativo al bukelismo ofrece el FMLN a la población, que no sea lo que ya se ofreció en el pasado?

Hay una visión clara donde la justicia social esté al centro, donde la igualdad de género también lo esté.  Al menos yo de manera particular, quizás por ser mujer, ser feminista, le doy mucho énfasis a eso, por el tema de las desigualdades. Claro, teniendo en cuenta la realidad actual no podés tampoco decir que vas a repetir la misma receta tal cual de otro contexto, si hoy por hoy hay indicadores que marcan otra realidad a lo que pudo tener el FMLN cuando empezó a gobernar o a lo que tuvo o dejó al cierre de su segundo mandato. Hay que tener siempre en cuenta la realidad para poder proponer política pública, legislación, programas, proyectos de cara a nuestra población. 

¿Usted cree que la dirigencia actual del FMLN, a cargo de Óscar Ortiz, es sinónimo de renovación?

Él quizá se denomina como segunda generación dentro del partido, pero en conjunto, tanto el Consejo Nacional, como la Comisión Política, la Convención Nacional, en su mayoría está conformada por compañeros y compañeras que son de generaciones más presentes, en el sentido de que se incorporaron después de la firma de la paz. Quizás no es tan visible y lo he dicho desde el momento en que empecé a participar de una manera más activa en puestos de decisión de partido, siempre ha habido una apuesta por ir haciendo un relevo gradual. El estatuto habla de un porcentaje que debe haber de juventudes dentro de las estructuras, pero obviamente los focos, las cámaras, han estado siempre más dirigidos a nuestros liderazgos que han tenido una experiencia mayor en este proceso. Creo que quizás lo que falta es un mayor posicionamiento o exposición de este tipo de compañeros y compañeras. 

¿Cree que Óscar Ortiz está liderando un proceso de renovación, más allá de los liderazgos jóvenes?

Creo que Óscar, al menos en su planteamiento, y no solo queda en discurso, sí ha dicho desde el inicio que procura hacer eso, sabe que la vigencia de nuestro proyecto depende de eso. Si se concreta en la práctica o en los territorios, pues en algunos lugares quizá más que en otros. Entonces, sí creo que al menos se trata de hacer. No se ha logrado a todo nivel y esa es una realidad. 

A pesar de este discurso de renovación, parece que hay ciertas sombras que siguen detrás del partido, que el partido no ha logrado esclarecer o liberarse de ellas. En 2021, por ejemplo, Jaime Guevara pedía que José Luis Merino esclareciera sus vínculos con Bukele. ¿Usted tiene claridad sobre estos nexos?

Yo esperaría que no (los haya). Creo que hay claridad donde no queda duda de quién es aquel que te quiere ver desaparecido. Obviamente, no puede existir este tipo de situaciones. Si hay o no, pues tampoco puedo dar fe de nada porque no me consta de manera plena; sin embargo, creo que la militancia, en todo caso, no avalaría nunca que este tipo de situaciones sean una realidad y será la misma militancia la que juzgue si al final ese tipo de situaciones quedarán en evidencia o fueran comprobadas.

¿El partido nunca ha discutido internamente este tema?

Quienes en todo caso se ven cuestionados o a los que se les hace señalamientos deben aclarar plenamente con la militancia, si es realidad o no.  A mí no me consta. Por eso es importante no dudar en ningún momento contra quién y contra qué nos estamos enfrentando y, al menos el partido desde su convención, claramente identificó como el oponente, digamos, es quien hoy encabeza el proyecto de Nuevas Ideas que es la figura presidencial. No hay cabida dentro del proyecto para alguien que dude que eso es diferente. Al menos, así lo veo.  Con eso la militancia coincide plenamente porque desde la militancia no hay dudas de por dónde tenemos que ir. 

Pero la militancia nunca ha encarado a Merino para esclarecer esto.

 Al menos en espacios en los que yo haya estado, no.

Qué piensa del silencio de Manuel Flores sobre este tema. No cree que es algo que se debería aclarar y transparentar.

Creo que en un proceso electoral estamos procurando centrar todos nuestros esfuerzos en los pocos espacios que se nos da para poder llegar a la gente a través de los medios en dar a conocer nuestras propuestas, nuestros planteamientos, y quizás de ahí derive la decisión de algunos de no ahondar o de no profundizar en esos temas. 

Hablando siempre sobre el discurso de renovación,  tiene que ver con algunas contradicciones internas del discurso del partido. Usted como otros dirigentes han expresado que en Nicaragua hay un régimen democrático

Yo en esto debo insistir, y lo he dicho siempre que lo preguntan, que en ningún lugar donde haya violación a derechos humanos podemos hablar de un proceso plenamente democrático. En esto hay que hacer enfasis, en que no se puede permitir la violación de derechos, más para un partido como el nuestro, de carácter democrático, donde dentro de nuestra naturaleza, está definido, con claridad, que somos un partido democrático. 

No es correcto, desde mi punto de vista, que se concentre el poder en una sola mano, donde no haya contraloría, donde se cierran espacios de participación ciudadana. Y ya está la teoría de qué es cada cosa y así lo puedo decir. Pero violaciones de derechos humanos vemos recurrentemente en países que se dicen democráticos y creo que de ahí debe partir el análisis y la valoración.  

Porqué hay tanto miedo del partido de mencionar la palabra dictadura en torno de Nicaragua 

No tengo ningún temor ni miedo (se ríe). Sin embargo, hay principios básicos o mínimos que definen las formas de gobierno y que, pues sí, se han venido estructurando a lo largo de la historia del mundo, no solo aquí y obviamente ahí. Por eso digo: no es aceptable violar derechos, no es aceptable hacer o prevalecerse del poder o de los cargos que se pueda tener a costa de los demás. donde esté pasando eso, pues no podemos decir que hay una democracia o que hay un proceso democrático.

¿Ha habido un debate interno en torno al tema de los señalamientos de corrupción dentro del partido?

La corrupción se combate de donde venga, a nadie se le puede proteger si ha faltado a la ética, o se ha cometido delitos, o sea, eso es así. En el caso particular de nuestros ex funcionarios, para hablarlo con claridad y nombre y apellido, muchos ya están en procesos, o sea, ellos están ahí dirimiendo la situación. Hay algunos que incluso ya están finalizando sus procesos, donde no se ha logrado comprobar de manera plena lo que se dice que se les imputa.  Ojalá la justicia actúe de manera pegada a la ley, con el debido proceso, y no de manera discrecional, no como en algunos casos específicos que se han venido denunciando públicamente. Entonces, creo que al final obviamente si se logra determinar la culpabilidad esas personas van a tener que pagar, pero también hay una claridad, o sea, no tenemos un sistema de justicia que se apegue actualmente a derecho.

¿Y se llegaría a expulsar a los miembros que se vean digamos sancionados por la justicia?

Creo que ahí en el Tribunal de Ética ya hay un proceso establecido, donde se puede actuar de oficio y ahí puede tomar la decisión. Hoy por hoy, que haya una condena plena de militantes, no se ha tenido conocimiento. No hay ningún proceso abierto para ese tipo de expulsión. Habrá que ver si en algún momento, si se logra determinar la culpabilidad o no, se va por esa vía.

Estaría usted de acuerdo con liderar una nueva opción de izquierda, en el caso de que el FMLN desapareciera.

Nosotros, de manera muy responsable, sabemos que no necesariamente todo salvadoreño o salvadoreña que se identifica con valores y principios de izquierda o revolucionarios, pueda ser que esté identificada ahorita plenamente con el FMLN.  Eso lo sabemos; sin embargo, no es que va a desaparecer, porque puede dejar de tener una personería jurídica, pero seguir siendo el FMLN, luchar después por obtener nuevamente una personería jurídica, si es lo que se define en un debate claro con la militancia a todo nivel, dependiendo de lo que pase en el 2024. Pero si nosotros nos metemos a esta carrera de cara a un proceso electoral es porque lo hacemos con el optimismo y la esperanza de que el trabajo que se hace pueda dar fruto y dar muestras de que eso que tanto repiten no va a suceder así por así.

El  debate de la izquierda debería de hacerse independientemente de si te sentís ahorita o no representado con el FMLN. Incluso han salido movimientos que se denominan también de izquierda salvadoreña. Estamos también obligados y obligadas, así como en otras épocas, a tener la capacidad de sentarte, de encontrar los puntos comunes, sobre todo en este contexto.. Primero, obviamente con aquellos que tenés más aspectos en común. Si hay gente que es de izquierda, pero no está militando o no es simpatizante del FMLN, estás obligado también a hacer esfuerzos por unir, porque al final creo que solo en una verdadera unión podremos superar este proceso. El tiempo va a ir marcando definitivamente lo que pueda suceder. Ya si alguien lidera o no, la misma organización o las personas que se puedan aglutinar, definirán a quién identifican como un posible liderazgo. 

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