Bukele proclama su reelección inconstitucional en una jornada plagada de anomalías y sin resultados

Bukele, con sus datos, se declaró vencedor con un “85 %” de los votos a su favor y aseguró haber conseguido “58 de 60 diputados” en una elección sin resultados oficiales. El TSE ha suspendido el escrutinio preliminar, confirma anomalías y ordena que se envíen nuevas actas con el conteo de votos válidos. Candidatos de la oposición y expertos señalan graves irregularidades.

Foto: Nuevas Ideas

Por Claudia Palacios, Andrés Dimas, Jaime Quintanilla, Daniel Valencia

Nayib Bukele se autoproclamó vencedor en las elecciones presidenciales y legislativas del 4 de febrero menos de dos horas después del cierre de urnas, al final de una jornada electoral plagada de anomalías y sin que existieran resultados oficiales confiables de parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE). 

A las 6:56 de la noche, el presidente salvadoreño anunció que “según sus números” gobernará El Salvador fuera de la Constitución por cinco años más con un 85 % de los votos a su favor. “Hemos ganado la elección presidencial”, escribió en la red social X, mientras en los centros de votación del país aún no concluía el conteo manual de la votación presidencial, con lo cual el sistema de transmisión de resultados preliminares no podía difundir datos parciales. 

El triunfo de una elección a su medida lo anunció él, con sus datos, al margen de un árbitro electoral que hasta las 2 de la madrugada confirmó anomalías en el sistema y ordenó el reenvío de las actas del conteo realizado por cada mesa electoral. Es decir, las elecciones presidenciales y legislativas no tienen resultados oficiales. 

Cuando algunas juntas receptoras apenas iniciaban el conteo de los votos en las legislativas, Bukele también aseguró que sus números les daban otra aplastante victoria: “un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea” para el periodo 2024-2027.

Hasta el tuit de Bukele no existía ningún dato sobre esta otra elección. Era imposible. Las juntas receptoras de votos tampoco habían terminado de contabilizar esos resultados cuando Bukele ya se aseguraba el control de las curules.  

“El récord en toda la historia democrática del mundo. Nos vemos a las 9pm frente al Palacio Nacional. Dios bendiga a El Salvador”, cerró. Desde el día anterior, frente al Palacio Nacional el gobierno había levantado tarimas y en los contornos había dispuesto sistemas de parlantes, pantallas y de fuegos pirotécnicos. 

El portal de resultados preliminares del TSE se habilitó poco antes de las 9:00 p.m.  Hasta las 10:01 de la noche, aseguraba un 31.49 % de votos escrutados en las elecciones presidenciales. Ese dato le daba a Bukele una distancia de 1.1 millones sobre el segundo lugar de la contienda, el candidato del FMLN Manuel Flores. Eso significa una ventaja de 82.98 %. O significaba. A las 2 de la madrugada, el TSE suspendió el conteo preliminar y ordenó una nueva emisión de las actas manuales a las juntas receptoras del país. 

Pero cuatro horas antes, desde el balcón del Palacio Nacional en el centro histórico capitalino, Bukele le dijo a una multitud que lo ovacionaba que “toda la oposición junta ha quedado pulverizada”. 

Portada del sistema de divulgación de resultados preliminares.

Una elección inédita

Su autoproclamación, sin datos oficiales,  fue una más de un despliegue de anomalías que tienen a la base su participación en estos comicios. En la contienda, además, su Gobierno utilizó el Estado como un aparato de propaganda oficial financiado con fondos públicos; congeló los fondos de la deuda política, con la cual la oposición buscaba financiar sus campañas electorales; y rediseñó esta elección, y el mapa político del país de manera irregular ocho meses antes, al reducir las diputaciones de 84 a 60; cambiar la forma en la que estas se reparten y alterar el número de municipios de 262 a 44. En el diseño de su elección también se incluyó un novedoso sistema de votación en el exterior, en el que el Tribunal Supremo Electoral permitió que sus delegados en el extranjero fueran designados por Nuevas Ideas, como lo reveló este medio el sábado 3 de febrero. 

Las anomalías en el sistema de conteo de votos es apenas la última de un rosario de irregularidades nunca antes vista en la historia electoral salvadoreña tras la firma de la paz, en 1992. Hasta el último dato consignado por el sistema preliminar, la tendencia que arrojaba el TSE sugería una participación improbable del 100 % de los electores, cuando las cifras hasta ahora han rondado solo el 50 %. 

En las redes sociales, expertos electorales también comenzaron a señalar que los números que el TSE publicó en el portal de  resultados presentaban inconsistencias e irregularidades.  La más grave fue que el sistema contabilizaba más de 1.5 millones de votos válidos con solo un tercio de las actas escrutadas, una proporción superior al universo de votantes posible. 

Según Carlos Palomo, experto informático de la iniciativa Votante, “puede que haya existido un mal diseño en la base de datos  que está provocando que datos que no deberían sumarse, se estén sumando”.

En la plaza cívica, sin embargo, Bukele insistió con “sus cifras” que tiene asegurada la continuidad en el poder para los miles de simpatizantes ahí congregados. Su refrenda en el Ejecutivo, sin datos oficiales, ha sido aplaudida también por el presidente de México; Manuel Andrés López Obrador; la embajada de China en el país y los presidentes de los países vecinos Bernardo Arévalo (Guatemala) y Xiomara Castro (Honduras).

Fallo total en la divulgación de resultados preliminares

14 minutos antes de que Bukele anunciara que en su nueva gestión se verán sorpresas -“esperen lo que vamos a hacer”, dijo-  algunas juntas receptoras de votos continuaban contando los votos para la Asamblea Legislativa y otras comenzaban a reportar problemas para conectarse al sistema de transmisión de resultados del TSE para enviar los resultados de ambas elecciones. 

El sistema de escrutinio preliminar se paralizó antes de la segunda autoproclama de Bukele, a las 10:00 de la noche. Al menos dos tercios de las JRVs del país no habían podido transmitir los resultados presidenciales desde los centros de votación. Y menos del uno por ciento lo había hecho para la elección de la Asamblea Legislativa.

En el Área Metropolitana de San Salvador, decenas de JRV reportaron que no podían enlazarse con el sistema para digitar los resultados porque a continuación aparecía un error en sus pantallas. 

Otras reportaron que el sistema del duplicaba o triplicaba los valores digitados en el sistema y otras que no contaba con internet para hacer la transmisión o que este era muy lento. 

Focos comprobó que este problema se presentó en algunas JRV en el centro de votación de  la Universidad Evangélica. Después de cuatro horas y media batallando con el sistema, miembros de una junta se levantaron de la mesa en protesta con las autoridades, debido a que ningún representante del TSE respondía a sus solicitudes de apoyo. Dos fuentes del Tribunal dijeron a Focos que el call center contratado para resolver los problemas de las juntas no funcionó “al cien por ciento” y eso generó retrasos en la asistencia a las mismas. 

La protesta y la viralización de la denuncia de algunos miembros de la junta  funcionó. La Fiscalía intervino y permitió habilitar el sistema de contingencia, un procedimiento en el cual los datos de las actas no se suben a la nube, sino que se cargan a la memoria de la computadora proporcionada por el TSE. Luego, son encargados del TSE los encargados de subir los datos al sistema. 

“Tuvimos que esperar tres horas más para que nos dieran respuesta. Tuvimos que reiniciar el sistema y comenzar de nuevo el conteo desde presidentes hasta diputados. Y vamos por el 30% apenas”, indicó una de las integrantes de la JRV. Para ese momento ya eran las 2 de la mañana. 

Dentro del centro de votación ubicado en el colegio Cristóbal Colón, los problemas que describieron los miembros de las JRV eran similares: el internet del TSE con el que funcionan las laptop que les entregaron no funcionaba y ninguno de los miembros de las JRV entendía cómo digitar las actas de diputados en el sistema. 

“Aquí el encargado de la digitación trato la manera de hablar con el Tribunal y el Tribunal nunca le contestó. Al final dijeron que el sistema algún día iba a funcionar”, agregó.

Pasadas las 2 de la mañana, en el centro escolar Walter A. Soudy de Santa Tecla, las JRV decidieron llenar las actas de escrutinio de diputadas a mano porque el sistema transmisor de datos comenzó a fallar luego de que llenaron las actas de presidente. 

“El sistema comenzó a fallar desde las 8:30. A nosotros literal se nos quemó el módem, ya no pudimos hacer nada. Las actas de Presidencia se fueron todas porque los representantes de partidos estuvieron presionando. Después de eso nos dejaron con las de diputados y casualmente se cayó todo”, aseguró una integrante de la JRV.

Antes que el TSE declarara obsoleto el sistema de conteo preliminar, FOCOS también constató al menos tres inconsistencias en los datos subidos por las JRV,  en los cuales no se correspondían  los datos del acta con lo reflejado en el sistema digital.  

Por ejemplo, en la urna 5557 del Centro Escolar Católico Pbro. Salvador Castillo Solórzano en Izalco, Sonsonate, el acta escaneada era la JRV 0607 correspondiente al municipio de San Salvador Este, en San Salvador. 

El mismo problema se puede evidenciar en la urna 3328 del Complejo Educativo Julio César Maldonado, de San Miguel, donde anexan el acta de la JRV 6152 correspondiente al municipio de la Unión Sur.

El tercer caso corresponde a la urna 4219 del centro escolar Walter Thilo Deininger en Antiguo Cuscatlán, que aparece con el acta de la JRV 4622, correspondiente al municipio de La Libertad Sur. 

También, al ver detalles por departamento y municipios, el porcentaje de actas escrutadas se mostraba a cero pero en el sistema aparecían votos sin respaldo de actas escaneadas.

Y para el caso del escrutinio preliminar de diputados, con menos del uno por ciento de las actas, el último que se registró a las 10:00 p.m., la página web reportaba un millón de papeletas sobrantes pero no reportaba cantidades de votos válidos. 

“Les dieron 70 millones de dólares, hicieron dos simulacros, y dijeron que todo estaba bien. No puede ser”, cuestionó Palomo.

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