Editorial: 2021, año del control total del poder y de la resistencia

¿Cómo recordaremos el 2021?

El 2021 fue el año en que el presidente Nayib Bukele, con su partido Nuevas Ideas, consolidó su poder político en la Asamblea Legislativa y se hizo del control de la fiscalía y del poder judicial.

Sin controles que le pongan freno, se ha dedicado a a perseguir a quienes considera su oposición, incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil críticas y el periodismo independiente.

Fue el segundo año de la pandemia de Covid-19, marcado por el inicio de la vacunación y el surgimiento de nuevas variantes. La emergencia sanitaria continuó dictando el paso de la economía mundial y profundizando las desigualdades ya existentes.

En El Salvador, el gobierno continuó negando información pública sobre la vacunación, casos reportados, hospitalizaciones y muertes. La información nunca ha sido suficiente para tener un panorama real sobre la pandemia en el país. En 2021, nuevos allegados al presidente resultaron salpicados por presuntos actos de corrupción en el contexto de la pandemia. 

2021 también fue el año del Bitcoin, la Chivo Wallet y las protestas contra su imposición. Fue la chispa que encendió la llama del descontento ciudadano contra el gobierno.

En el futuro, recordaremos este, como el año que marcó un parteaguas en la relación del Gobierno de Nayib Bukele y los Estados Unidos, sobre todo luego de que la administración Biden dejara al descubierto la negociación del Gobierno salvadoreño con las pandillas y los actos de corrupción de altos funcionarios.

En el 2021, se terminaron de desmantelar los modestos avances en acceso a la información administrada por el Estado; para la prensa representó trabajar en un clima de progresivo acoso y vulneraciones.

Nosotros, en Focos, también lo recordaremos como el año en que defendimos nuestra independencia, aunque eso nos llevara a ser expulsados de la transmisión en televisión abierta.

Esos obstáculos no hicieron más que fortalecernos: nos retaron y nos obligaron a preguntarnos constantemente por qué hacemos periodismo y cómo podemos hacerlo mejor.

Lejos de rendirnos, nos sentimos más motivados que nunca a seguir contando y entendiendo este país convulso, así como a seguir exigiendo cuentas a los funcionarios públicos, independientemente de quién esté en el poder. 

Hoy que el año termina, queremos reivindicar la importancia de defender el periodismo, el debate, los espacios de intercambio de información e ideas. 

El discurso de odio, la polarización y la censura son las herramientas del oficialismo ante su incapacidad de reconocer los errores en su gestión. Lejos de corregir los problemas históricos, nos conducen hacia un mayor retroceso. 

El diálogo, la gestión basada en evidencia, la transparencia y racionalidad parecen principios de los que estamos lejos como sociedad, pero estamos convencidos que son la única vía para construir un país mejor.

Defendamos, luchemos y resistamos antes las amenazas que pretenden desmantelar nuestros derechos.

No permitamos ningún retroceso  en las condiciones que nos permitan disentir y debatir sobre la base de las ideas. Defendamos el pluralismo, la diversidad de opiniones y la democracia. 

En Focos tenemos claro que en el 2022 nuestro compromiso será con estos principios, ¿y vos?

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