Exgeneral Orlando Montano negó participación en masacre de jesuitas
El exgeneral salvadoreño Orlando Montano, viceministro de Seguridad Pública entre 1989 y 1992, brindó este miércoles 10 de junio su declaración dentro del juicio que enfrenta en la Audiencia Nacional de Madrid por el presunto asesinato de cinco sacerdotes jesuitas de nacionalidad española, perpetrado el 16 de noviembre de 1989. Montano negó su participación en el hecho con el argumento que en ese momento él solo cumplía «labores administrativas» y no participó en la decisión, planeación o ejecución de la masacre.
Montano es el único exmilitar salvadoreño que enfrenta el proceso legal en Madrid, España y este miércoles por la madrugada (hora salvadoreña) respondió a un interrogatorio casi una hora realizado por su abogado, en el que dio su versión sobre lo ocurrió 31 años atrás, durante la ofensiva de noviembre de 1989.
La justicia española acusa a Montano del asesinato terrorista de los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Segundo Montes. El 16 de noviembre de 1989 el ejército salvadoreño también asesinó, en el mismo acto, al sacerdote salvadoreño Joaquín López y López; y a las salvadoreñas Elba y Celina Ramos, empleadas de los religiosos. Estos últimos tres homicidios no se le imputan al ex militar en Madrid porque el delito ya fue declarado como prescrito en El Salvador.
La segunda jornada del juicio contra Montano arrancó con la participación de su abogado, quien volvió a solicitar que el proceso se declare nulo bajo el argumento que los cargos contra el ex militar ya prescribieron. La fiscalía y los abogados particulares de las víctimas argumentaron que ese punto ya había sido superado en fase de instrucción y el tribunal decidió seguir con la audiencia.
Acto seguido Montano accedió a su derecho de no responder a las preguntas de la parte acusadora y dijo que únicamente daría su versión ante las preguntas de su abogado. Así fue como comenzó a contar su versión por casi una hora de la sesión.
Niega ser autor intelectual
La primera parte del interrogatorio a Orlando Montano se diluyó entre explicaciones técnicas sobre el funcionamiento del Ejército y del Estado Mayor de la Fuerza Armada en los años 80 y principios de los 90, cuando se vivió la guerra civil salvadoreña.
El exgeneral de la Fuerza Armada de El Salvador explicó que el 1 de julio de 1989 fue nombrado como viceministro de seguridad pública del gobierno del entonces presidente Alfredo Cristiani, un cargo que calificó como «administrativo» y que según él le alejaba de las decisiones que se tomaban en la cúpula del ejército.
«Desde mi posición estaba lejos de las tareas de defensa nacional, que era las que ejercía el ejército. Seguridad pública era otra cosa y teníamos otra función», dijó Montano.
«Decían que éramos los poderosos, pero nunca tuvimos problemas ni hicimos actos de terrorismo»
Exgeneral Orlando Montano, durante su juicio ante la Audiencia Nacional de Madrid, España.
El militar retirado aceptó que formaba parte de un grupo de oficiales militares llamados coloquialmente como «La Tandona». «Éramos 46 oficiales que nos graduamos en la misma promoción, en 1966, y que después de 25 años llegamos a tener algunos puestos de poder en el gobierno. Decían que éramos los poderosos, pero nunca tuvimos problemas ni hicimos actos de terrorismo», justificó.
Su abogado lo interrogó después sobre los días previos a la masacre de los jesuitas y Montano aseguró que no tuvo conocimiento previo de que se cometería tal atentado. Incluso sugirió que después del hecho él colaboró con labores de investigación y propuso la posibilidad de recibir ayuda internacional, como del FBI o la CIA.
«El 15 de noviembre (un día antes de la masacre) yo me reuní con el presidente Cristiani, otros viceministros y comandantes, para hablar de la situación que se vivía. Teníamos informes que habían miembros del FMLN en la universidad (UCA), pero no se tomó ninguna decisión, más que esperar cómo se desarrollaba la ofensiva», contó Montano.
Recordó además que días antes se había hecho un cateo en la UCA porque se tenían informes de inteligencia que ahí se ocultaba armamento de la guerrilla y atribuyó el operativo a elementos del batallón Atlacatl y del Estado Mayor.
«(En 1989) Las instituciones universitarias tenían mucha tendencia a la izquierda y buscaban desprestigiar al gobierno diciendo que no respetábamos los derechos humanos», expuso en el tribunal.
Montano aseguró que en un primer momento él pensó que los asesinatos habían sido cometidos por miembros guerrilleros del FMLN y negó que en algún momento intentara encubrir el hecho. También dijo que no tenía diferencias con Ellacuría o el resto de jesuitas.
Las pruebas de la parte acusadora
Pese a que Montano niega ser autor intelectual del hecho, la parte acusadora dice tener pruebas de que él siempre supo del atentado y que demostrará su culpabilidad a lo largo de este proceso.
«Tenemos testimonios de congresistas españoles que fueron observadores internacionales en el proceso de 1990. Tenemos a los fiscales del juicio que terminó en un fraude en El Salvador, Sydney Blanco y Henry Campos; tenemos miembros de la Compañía de Jesús; y tendremos a peritos que participaron en la investigación», manifestó a Focos la abogada Almudena Bernabéu, que se ha unido al proceso como acusadora particular.
Además, de esas pruebas, el pasado lunes 8 de junio el tribunal aceptó que el ex teniente del ejército salvadoreño René Mendoza pasara de ser uno de los acusados a convertirse en testigo clave del juicio, para determinar la participación de Montano y otros implicados en la masacre.
Mendoza estuvo en la jornada del lunes de manera remota, por videollamada desde Chile, y aceptó dar su testimonio ya se de forma virtual o presencial, si logra viajar a España debido a la emergencia mundial por coronavirus. El tribunal pautó en un inicio su comparecencia para el 7 de julio, pero hoy rectificó que su interrogatorio será el 8 de julio.
El juicio seguirá este jueves 11 de junio, siempre a partir de las 2:00 de la madrugada (hora salvadoreña). En esta jornada, que será la última de junio pues la segunda fase de la audiencia se realizará entre el 8 y el 16 de julio, tanto la defensa como fiscalía y los acusadores particulares presentarán los testimonios de testigos e investigadores de la masacre.
Si Montano es encontrado culpable podría recibir una pena de 150 años, pero dada su edad avanzada (76 años) y sus condiciones de salud podría recibir un castigo compensatorio, algo que la parte acusadora comparte, pues el objetivo principal es que la verdad salga a la luz.
«Lo que esperamos es justicia. Mi esperanza es dar un cierre a tantos años de impunidad, un largo período en el que altos mandos del Ejército de aquel entonces han negado lo sucedido. Queremos que contribuya a una verdad que todos conocemos, pero que aún no se oficializa, que quede claro quién ordenó la muerte de los padres jesuitas, que es una deuda pendiente para las víctimas pero también para el pueblo salvadoreño», dijo Bernabéu a Focos antes de iniciar el juicio.