“Es importante que las fuerzas progresistas nos vuelvan a contar la sociedad con la que sueñan”: Amparo Marroquín

Tras cinco años de Gobierno legítimo y sobre la marcha de su primer año inconstitucional, el presidente Nayib Bukele sigue dominando la narrativa comunicacional en El Salvador, lo que le ha permitido mantener la simpatía y aprobación de las y los salvadoreños con amplios réditos electorales.

Actualmente, siete de cada 10 salvadoreños tiene una proyección positiva sobre el futuro de El Salvador, según lo revela la más reciente encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) a pesar que, en la actualidad, seis de cada 10 consideran que el costo de la vida ha incrementado respecto al año anterior.

Amparo Marroquín, académica especializada en el análisis de las narrativas comunicacionales –y recientemente nombrada vicerrectora de Proyección Social de la UCA–, asegura que esta esperanza hacia el futuro se explica por la incidencia de una “estrategia comunicacional” oficialista que proyecta a Bukele como el salvador de una Nación en crisis. 

Una expectativa de cambio a favor del país y de las condiciones de vida de la gente que, desde la lectura de Marroquín, sigue siendo percibido por la ciudadanía como “un progreso”, generando amplias ilusiones sobre el futuro, y negando en paralelo el resto de alternativas a ese rumbo.

“No basta con repetir el manual de comunicación política que Bukele nos ha enseñado muy bien en América Latina sino que, en cada caso, tenemos que llenar el manual y al mismo tiempo pensar por fuera del manual; y creo que esto segundo es lo que se ha complicado muchísimo más para aquellos sectores de la sociedad que intentan posicionar otro tipo de discursos”, señala Marroquín en esta entrevista con FOCOS.

La académica considera que los partidos políticos han dejado de ser los portavoces del sentir de la gente, particularmente de los sectores más desfavorecidos y marginados. Un vacío que, a juicio de la especialista, está siendo llenado por actores fuera de la política partidaria: los movimientos sociales, especialmente los que están vinculados a la defensa del medio ambiente, la diversidad sexual, los derechos de las mujeres y los sectores más vulnerables.

“Los partidos políticos han dejado de ser representativos de lo que la sociedad salvadoreña vive, siente y piensa. Es decir, hay una fractura que no es exclusiva de El Salvador sino que es una fractura que vamos a ver en otros países”, agrega.

Hacia el futuro, Marroquín considera que desde el progresismo y las izquierdas aún hay esperanzas para la construcción de un proyecto alternativo, sin embargo, cree que es momento que el liderazgo sea asumido por las y los referentes que defienden el medioambiente y las diversidades. 

Considera que son estos sectores en la sociedad los que pueden abrir el espacio a una narrativa competitiva a la de Bukele que está centrada en el autoritarismo y la securitización de la agenda nacional.

“Creo que lo importante es que las fuerzas críticas y progresistas nos vuelvan a contar la sociedad con la que sueñan, qué tipo de sociedad es la que soñamos. Yo creo que si hay un progresismo que tiene mucha fuerza en Centroamérica es el progresismo vinculado a las luchas medioambientales, creo que esa es una punta de lanza y, además, es una preocupación que ya estamos viviendo”, concluyó.

¿Es posible construir alternativas en medio de un contexto dominado por el relato oficial y el respaldo a las políticas de seguridad represivas? Mira el análisis de la experta en este enlace: