La pandemia jugó con la salud mental de la niñez
La salud mental de las niñas y los niños se vio afectada por los cambios experimentados a causa de la pandemia por la COVID-19. Así lo determinan diversos organismos nacionales e internacionales, además de psicólogos especialistas en niñez
Desde el año 2020, la niñez experimentó cambios trascendentales que han impactado en el desarrollo psicológico y emocional, debido a circunstancias como el encierro obligatorio, haber dejado las escuelas y lugares de esparcimiento y, sobre todo, haber incrementado la convivencia con adultos y aparatos electrónicos, más que con otros niños y niñas.
Ana Torres, psicóloga especialista en niñez, señala que la pandemia y los cambios en nuestra forma de vida limitaron el desarrollo óptimo de niñas y niños. “Somos seres sociales por naturaleza y nuestro desarrollo, a lo largo de toda la vida, está mediado por la relación que tenemos con los demás. En ese sentido, durante la infancia, el interactuar con nuestros iguales nos permite desarrollar guías de comportamiento social; hay un proceso de autoconocimiento, el aprendizaje a través del error y el manejo de nuestras emociones al perder”, dijo.
Los profesionales que se enfocan en el tema, si bien no se atreven a decir con certeza cuáles serán las consecuencias reales a futuro, aseguran que algunas de estas implicaciones ya están siendo evidentes en este grupo poblacional.
“Nosotros activamos una línea telefónica en el momento de más auge de la pandemia y la mayoría de casos que nosotros atendimos fueron por ansiedad, depresión y sentimientos de tristeza”, señaló Torres.
Según Unicef, en 2019 el 13.9 % de niños y niñas salvadoreños, entre los 10 y los 19 años, sufría diversos trastornos mentales, como depresión, déficit de atención, ansiedad y trastorno bipolar, entre otros. Asimismo, en el mundo, casi el 20 % de los niños menores de cinco años vive en la pobreza extrema. Estas problemáticas se agudizarán por la pandemia, algo que influirá negativa y directamente en la niñez.
Los especialistas dicen que las afectaciones, sin embargo, serán más evidentes en materia de interacción social y se observará a personas con dificultades para relacionarse con sus pares o que no puedan manejar situaciones de estrés emocional, académico o laboral.
Para Rosa Sánchez, de Educo, otra preocupación es que la niñez de la pandemia no consiga desarrollar aspectos importantes para la interacción social, como la empatía; sobre todo, en un país con diversas problemáticas que sólo agudizan las desventajas de las niñas y los niños para tener una niñez saludable y digna.
“Un niño que está muy expuesto a un aparato electrónico adquiere habilidades y eso es importante; pero también está muy individualizado, es una relación mía con la máquina que no es tan normal. Eso, a la larga, puede afectar en el sentido de las relaciones a futuro, qué tan solidario soy como niño con otro; eso puede afectarse porque, si me mantengo solo, no puedo practicar la empatía con otra persona”, dijo Sánchez.
Señales de alarma
Luego del confinamiento, psicólogos e investigaciones de diversas instituciones aseguran que hay señales que deben ser tomadas en cuenta por padres, madres y cuidadores de niñas, niños y adolescentes. Sobre todo, porque la pandemia por la COVID-19 aún no finaliza.
Algunas de estas señales son los cambios en el comportamiento, como incremento en los berrinches, enojos sin razón, estancamiento o retroceso en el lenguaje, cambios drásticos en los horarios de sueño, aislamiento, rechazo a la interacción con otros niños u otras personas, pérdida de apetito, llanto sin razón, que vuelva a chuparse el dedo o que no controle su necesidad de ir al baño, entre otras.
Los expertos aseguran que se debe acompañar de forma activa a la niñez, ganando su confianza, haciéndoles sentir acompañados y respaldados, pero sobre todo, observándolos y escuchándolos.
Asimismo, enfatizan en que siempre es oportuno buscar ayuda profesional, para garantizar un buen manejo de las situaciones y contribuir con el desarrollo de una niñez saludable.