Oposición nicaragüense: salida electoral a la crisis es la menos costosa para el país

Este 13 de noviembre deberá rendir su informe la comisión creada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para procurar una salida pacífica al conflicto en Nicaragua. Para ese entonces, habrán transcurrido seis meses desde que el régimen de Daniel Ortega se retiró de la mesa de diálogo, mientras continúa la represión, 130 presos políticos y el acoso a los medios de comunicación.

La oposición nicaragüense considera ahora     que la salida electoral para esta crisis es la menos costosa para el país, pero las manifestaciones pacíficas deben continuar, afirman, y se necesita una presión internacional contundente.

La crisis política en Nicaragua comenzó en abril de 2018 y la represión estatal ha dejado al menos 328 personas muertas, 1,337 heridos y 507 privados de libertad, según el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Desde entonces se han desarrollado dos mesas de diálogo, una en mayo de 2018 y otra en febrero de 2019, donde la sociedad civil nicaragüense logró acuerdos importantes, pero no se han cumplido. 

En la de febrero, por ejemplo, se acordó liberar a los presos políticos, que para ese entonces sumaban 700, indicó a FOCOS Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica. Hoy en día todavía hay 130 encarcelados y los liberados siguen siendo objeto de persecución por parte de las fuerzas policiales, aseguró.

Continuar las protestas y propiciar la presión internacional sobre el régimen de Daniel Ortega son parte de la estrategia de la oposición nicaragüense, indicaron Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica, y Violeta Granera, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional de Azul y Blanco. / Elisa Hernández

Estos hechos demuestran que Ortega no tiene voluntad de dialogar, afirmó Violeta Granera, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional de Azul y Blanco, y por eso la oposición nicaragüense se ha fijado dos líneas estratégicas para lograr la salida del régimen. 

La presión interna debe continuar, señaló, pero esto no solo implica protestas pacíficas. También organizar una oposición amplia, que sea una opción electoral en un proceso que aspiran sea adelantado. 

“La Unidad Nacional y la Alianza Cívica están trabajando en la construcción de una alternativa política que nos prepare mejor no solo para el momento electoral, sino para llegar a un proceso electoral como se merece el pueblo de Nicaragua”, indicó Granera, refiriéndose a elecciones libres, donde se respeten los derechos de los ciudadanos.

Chamorro indicó que Ortega es un “experto de la división política (…) en echar a pelear a sus opositores”. Sin embargo, señaló que en este momento están las condiciones para que las fuerzas que se oponen a Ortega se unan, “para que en un proceso electoral, que ojalá sea adelantado, mostremos todo el músculo posible».

“La reivindicación de abril no la hemos dejado de lado”, añadió Granera. “Hay una demanda del pueblo nicaragüense de la salida de la dictadura, pero reiterando que como hemos escogido (…) la vía cívica para esto, lógicamente todos hemos entendido que tenemos que tener fuerza para llevar a Ortega a un proceso de negociación para una salida electoral, que es la salida menos costosa para el país”, indicó.

Los líderes de la oposición nicaragüense también señalaron la importancia que el informe de la comisión especial de la OEA sea contundente y abra el camino para sanciones fuertes contra el régimen de Ortega.

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