PNUD: “Latinoamérica, entre la desigualdad y el bajo crecimiento”
Por Walter Ulloa
Para los países de América Latina la desigualdad económica y social, las políticas públicas mal orientadas y la concentración de poder se han convertido en un círculo vicioso muy perceptible para la mayoría de los ciudadanos, pero con una ruta de escape poco visible.
Esa es una de las principales afirmaciones del cuarto informe regional de Desarrollo Humano presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado: “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”.
En informe, el organismo internacional hace un repaso por los factores que componen la “trampa” que mantiene a Latinoamérica estancada en materia de desarrollo humano, situación agravada aún más por las consecuencias de una pandemia que se ha extendido por el último año y medio.
El informe destaca tres elementos en común para los países latinoamericanos, que influyen en los altos índices de desigualdad y bajo crecimiento: la concentración del poder, la violencia y la poca eficacia de las políticas de protección social.
Sobre la concentración de poder, El Salvador destaca como el país que menos considera que sus gobernantes buscan beneficios particulares, contrario a Paraguay que es donde mayor desconfianza generan los políticos en puestos de liderazgo. En su informe, el PNUD señala que la acumulación de poder resulta en la ejecución de políticas públicas mal orientadas y suma a la tendencia en América Latina para que un pequeño número de grandes corporaciones dominen el mercado.
América Latina se ubica como la segunda región más desigual del mundo y esta desigualdad, al igual que la pobreza, es multidimensional y afecta en mayor medida a mujeres, que ven un mercado laboral poco nivelado; personas LGBTI+, que afrontan constante discriminación en áreas sociales y laborales; y minorías étnicas o raciales que son poco reconocidos como agentes económicos activos.
«La gente de la región sabe qué tan desigual es la región y considera que esto es injusto. Percibe injusticia en la distribución de las oportunidades para educarse, en el tratamiento ante la justicia, en el acceso a la salud» señaló Marcela Menéndez, economista jefe del PNUD, durante la presentación del informe.
Para América Latina y el Caribe el combate a la violencia deberá ser una prioridad para salir del círculo de bajo desarrollo, señala el informe.
En contexto, la región alberga solo al 9% de la población mundial, pero representa actualmente el 34% del total de muertes violentas. “El progreso es posible, aunque solo se logrará si las políticas adoptadas abordan los desequilibrios de poder subyacentes entre actores para fomentar condiciones en las que los conflictos puedan resolverse mediante mecanismos pacíficos en lugar de violentos”, explicó Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica.
¿Qué tan eficaces son las políticas de protección social en América Latina?
El PNUD señala que el principio fundamental para la protección social debe ser la universalidad en los sistemas de seguridad social, sin embargo esta apertura no se facilita con mercados de trabajo altamente informales, como el caso de El Salvador, donde existe una grave segmentación entre la fuerza de trabajo formal e informal y una brecha más aguda en la distribución de ingresos.
El organismo internacional señala que el quintil más rico de la población en Latinoamérica y el Caribe concentra en promedio el 56% de los ingresos de los países.
El informe concluye que la pandemia por COVID-19 ha generado que estos factores se agraven, especialmente para los sectores más vulnerables, limitando la salida a flote de la economía de la región.
«El que la nuestra sea la región más rezagada de la economía global durante la pandemia, tiene que ver con que somos los más rezagados en contenerla» señaló el expresidente mexicano Ernesto Zedillo, durante la presentación del informe.