Rosa Chávez: Romero quería evitar un baño de sangre

El anuncio del papa Francisco sobre la canonización de monseñor Oscar Arnulfo Romero, en 2017, coincidió con el nombramiento como cardenal del obispo auxiliar de San Salvador, monseñor Gregorio Rosa Chávez, siendo ambos los primeros salvadoreños con un lugar en los altares y en la cúpula de la Iglesia, respectivamente

“Es un santo incómodo; es lo que complica las cosas para mucha gente…cuestiona tu vida, se siente uno exigido, no puede ser uno mediocre y en el Gobierno (de la época del crimen de Romero), se dieron cuenta de eso, les dijo que la represión no funciona, esto no está bien, entonces esa libertad que él tuvo a muchos les molestaba, incluso al Vaticano, pero esa libertad es la de Jesucristo, del evangelio, por eso es un santo de dimensión mundial”.

Así recordó su eminencia, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, a Monseñor Romero, obispo mártir en el marco de su canonización, este pasado domingo 14 de octubre, y reconoció que fue una muerte anunciada, y a pesar de ser elevado a los altares de la Iglesia Católica dijo que será un santo incómodo para muchos todavía en El Salvador.

Precisamente, esa incomodidad llevó a su crimen. “Él sabía que iba a pasar (sobre su asesinato) y un día lo dijo públicamente, lo dijo cuando se hace pública una amenaza de muerte contra él, en septiembre de 1979, y lo anuncia en una homilía y dice: les prometo que no abandonaré a mi pueblo y pido en oración para cumplir este compromiso y desde ese momento uno va viendo en sus diarios sus prioridades, sabe que le queda poco tiempo de vida”, recordó el Cardenal.

El cardenal Rosa Chávez abordó estos y otros temas, este domingo en una entrevista exclusiva, durante la edición especial del programa FOCOS dedicado a San Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, obispo y mártir.

Romero abogó en diferentes escenarios porque no hubiera un baño de sangre en un conflicto armado, como al final se desencadenó el mismo año que fue asesinado, el 24 de marzo de 1980, hasta su fin con la firma de los Acuerdos de Paz, el 16 de enero de 1992.

A ese respecto, Rosa Chávez, quien lo conoció muy de cerca, recuerda que “él cuenta en sus diarios de eso (de los diálogos de la empresa privada y otros sectores), habla de jóvenes empresarios con ideales de un país diferente, él estaba muy contento con esos diálogos, porque quería evitar un baño de sangre”. Ahora, agregó Rosa Chávez, con esperanza, solo Romero podría traer la paz al país.

Finalmente, a juicio del Cardenal, Romero es para el papa Francisco “un icono, una especie de imagen ideal de lo que él quiere, el papa quiere pastores así, pastores que sepan oir al pueblo y la palabra de Dios, pastores que sepan arriesgarse, que estén en la calle y eso al papa le encanta de Romero… no es un santo más, es un santo emblemático para los tiempos que la Iglesia está viviendo hoy en el mundo”.

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