“El tener 105 camas UCI no quiere decir que las llenaremos ya”
Manuel Bello, jefe de la UCI en el Hospital El Salvador
El gobierno salvadoreño inauguró el domingo 21 de junio la primera fase del Hospital El Salvador, ubicado en el ahora ex Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO). El recinto está destinado para albergar a pacientes infectados con COVID-19, pero hasta la mañana del miércoles 24 todavía no llegaban los primeros ocupantes de la unidad de cuidados intensivos (UCI).
El jefe de la UCI, Manuel Bello, habló con Focos, el martes 23 de junio sobre lo que aún falta por afinar en esta fase recién inaugurada, del personal que ocuparán, de la telemedicina y del tiempo que tardarían en capacitar al personal que necesitan. El médico reconoce las limitantes de la falta de personal especializado en unidades de cuidados intensivos en el país y explica que para suplirla, temporalmente, deshabilitarán la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Rafael, esto les permite empezar a trabajar con seis médicos especialistas en cuidados intensivos.
¿En qué medida la fase uno del nuevo Hospital El Salvador va a descongestionar a los hospitales públicos y a los del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) que están tratando pacientes con COVID-19?
La idea es iniciar absorbiendo los pacientes que están graves. La primera etapa consiste en 400 camas. De esas 400 camas, con las que ya están equipadas para ser de cuidados intensivos, vamos a ir de una forma gradual, porque tampoco es conveniente aceptar un gran número de pacientes de una sola vez cuando se está iniciando un proyecto de esta envergadura. Absorberemos a los pacientes no solo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), no solo del Sistema Nacional de Salud, sino también a pacientes que por A o B motivo son tratados incluso en la red privada. Al principio es muy probable que no se note esta absorción de pacientes porque, como insisto, será gradual.
¿Qué implica la gradualidad? Si hablamos de la UCI que ya fue inaugurada, ¿cuántos pacientes van a ser trasladados a CIFCO en estos días?
La gradualidad a la que yo me refiero es que tenemos que seleccionar bien a los pacientes, ¿en qué sentido? Bueno, por ejemplo, para esta semana esperamos comenzar con el traslado de pacientes. Desde temprano queremos trasladar algunos pacientes del Hospital San Rafael. En este hospital, así como en el Hospital Rosales y como en el Saldaña hay mucho paciente delicado. Vamos a empezar a trasladar estos pacientes de forma adecuada porque uno piensa que trasladar un paciente es como meterlo a una ambulancia y llevarlo al otro hospital, pero no.
Un paciente ventilado con respiración mecánica requiere de una logística para sacar al paciente del hospital, colocarlo en una ambulancia que tenga ese tipo de condiciones, llevarlo al hospital de referencia, colocarlo en su unidad, estabilizarlo y estar seguro que está bien. Eso no se tarda media hora, eso a veces es una hora, una hora y media, porque tratamos de controlar todo para evitar alguna complicación en el traslado.
Eso quiere decir que el primer día podríamos recibir 12 pacientes, a medida que vaya pasando el día. El día siguiente, podríamos absorber 10 pacientes del ISSS, otros 10 pacientes del Sistema Nacional de Salud, etcétera. El número exacto va a depender también de nuestra capacidad de absorberlos.
El presidente Bukele habló de 105 camas de cuidados intensivos, pero en esta gradualidad, ¿cuántas camas están listas para ocuparse en los días de apertura?
Insisto, el hecho de que se tengan 105 camas ya listas no quiere decir que ya vamos a recibir a 105 pacientes aquí. Todos los colegas que trabajan en Unidades de Cuidados Intensivos saben que todo tiene que llevar un protocolo para la recepción de un paciente. Hoy tenemos listas 105 camas, que son las primeras que ponemos a disposición para desahogar al Sistema Nacional de Salud, al ISSS, al Hospital Militar, por ejemplo. En la siguiente etapa, al principio de la próxima semana, ya vamos a estar llenos; seguimos, con una segunda etapa de otras 100 camas que posiblemente esas también en menos de una semana estén llenas, y así sucesivamente, hasta completar 400 camas.
¿Qué tipo criterios se van a utilizar para decidir quiénes serán trasladados al Hospital El Salvador?
Ya se tienen los protocolos y nosotros los llamamos prioridades. Es decir, debe cumplir ciertos criterios el paciente para ser recibido en una UCI. Eso, básicamente, no varía en cuanto que tenga COVID-19 o no. Ya está estipulado qué tipos de pacientes deben entrar en la UCI y qué tipos de pacientes no.
El equipo de UCI ha hecho un protocolo para atención y recepción de pacientes y son esos protocolos los que se van a aceptar. Es muy probable que algunos pacientes que no tengan criterios de gravedad se queden en sus hospitales donde están en este momento porque no es necesario que estén en UCI y también, puede ser el otro caso, que el paciente está en ventilación mecánica, pero está muy inestable para transportarlo. Esos pacientes se deben estabilizar primero porque un paciente inestable durante el traslado en una ambulancia puede ser que pase una eventualidad y muera.
¿Cuántos intensivistas van a trabajar en la UCI del nuevo hospital?
Bueno, como vamos a trasladar al personal de cuidados intensivos del San Rafael hacia acá vamos a comenzar trabajando con el personal médico, los intensivistas que actualmente están trabajando y que han hecho una buena labor.
Lo que haremos es que se trasladará a ese personal –médicos, enfermeras, personal de servicio y anestesistas- para acá y ya tenemos seleccionados a algunos colegas que no están dentro de ese rol y ya empezaron el proceso de contratación para que comiencen a trabajar a más tardar a finales de esta semana y comenzarlo a capacitar.
Esa es de las otras razones por la cuales no podemos recibir 105 pacientes de un sólo, porque estamos capacitando a colegas que no se han familiarizado con la telemedicina o con la videovigilancia que hemos estado usando en otros hospitales.
¿Cuál es el número exacto?
Del San Rafael somos seis intensivistas, de estos seis, con el sistema de videovigilancia y el sistema de telemedicina, cada uno podría manejar entre 12 y 15 pacientes. De eso se trata, la telemedicina, de que la tecnología permita a distancia manejar el mayor número de pacientes. Entonces, actualmente, comenzaremos con seis y hay aproximadamente 16 colegas más que ya enviaron sus papeles y otros han demostrado ya un poquito de interés y que están en proceso de contratación. En total yo le podría decir que para iniciar esto tendremos aproximadamente entre 15 y 20 intensivistas.
Pero, estos 15 -20 intensivistas se irán incorporando en la medida que vayan habilitando más camas UCI y por ahora serán 6, ¿es así?
Correcto. Es como que usted vaya a cubrir un evento y comienza el evento con 100 personas, usted va a necesitar un cierto número de cámaras, pero si usted va a cubrir un evento de 500 personas va a tener que aumentar tanto personal como número de cámaras. Lo mismo pasa con el número de intensivistas, si vamos a abrir con 12 camas vamos a empezar con un intensivista para monitorear y manejar estos pacientes, pero cuando ya entremos con 13 pacientes o más necesitamos empezar a traer más intensivistas. A medida que vaya aumentando el número de camas se va a tener que aumentar también el número de intensivistas o especialistas afines.
El presidente Bukele dijo que en este hospital habrá 1,000 camas UCI. Sí cada médico intensivista puede ver un máximo de 15 pacientes, usted necesitará como mínimo 66 intensivistas. Esto es más del número total de médicos intensivistas disponibles en todo El Salvador, ¿cómo resolverán esto?
En primer lugar, en ningún país del mundo han alcanzado los intensivistas, es decir, hemos visto pediatras, cirujanos, internistas, gineco-obstetras y otros especialistas manejando pacientes de intensivos. Ese es el primer punto bien importante, todos hemos visto esos casos en Europa, por ejemplo, donde hay gente que nunca tuvo que ver con intensivos y lo están haciendo en este momento.
Sabíamos desde un principio que este proyecto no iba a tener el número necesario de intensivistas y lo que se aplicó fue un plan de videovigilancia, como les estoy explicando, más asistencia directa donde el intensivista va a echar mano de internistas, de cirujanos, de médicos, incluso, médicos generales que van a estar en la UCI atendiendo al paciente y van a hacer un trabajo de equipo.
Lo que va a pasar es que un intensivista va a tener 12 o 15 camas, por ejemplo, y va a tener un colega de cualquier especialidad ayudándole. Ahorita estamos echando mano de anestesiólogos que tienen experiencia con pacientes ventilados. Él va a tener a cargo otros 12 pacientes y si tiene alguna duda o tiene algún problema para el manejo del paciente entonces habrá un equipo de supervisión de intensivos, les llamamos coordinadores, que va a estar pendiente de eso y va a aclarar las dudas, esto es un trabajo en equipo. Lo que se está haciendo es un programa completo de asistencia y supervisión donde el intensivista va a echar mano de colegas que van a ser previamente capacitados y de esta manera vamos a tener un alcance mayor, si tomamos en cuenta esa relación podríamos llegar a tener hasta 80 colegas capacitados, supervisados por un intensivista para manejar este número de camas.
Aparte de los intensivistas, ¿Cuánto personal tienen para apoyar este sistema?
En este momento todo el personal de enfermería, el auxiliar y los médicos que están en el Hospital San Rafael, ellos capacitarán a los nuevos elementos. El dato exacto de cuántas enfermeras tenemos contratadas para la UCI no lo tengo, porque eso lo maneja enfermería. Lo que sí le puedo decir es que son más de 200 enfermeras en estos momentos, pero hacen falta más. Al estar en la fase uno podemos seguir buscando más personal para lo que viene y en cuanto a terapia respiratoria hay una cantidad significativa de estos. Pero como no es mi rubro no le puedo decir con exactitud la cantidad de personal. Por ahora la prioridad es comenzar a ocupar las 105 camas que ya están disponibles de la fase uno y luego comenzar con las 300 de las demás fases.
Si todo el personal de la UCI del San Rafael se traslada al Hospital El Salvador, ¿qué pasará entonces en el San Rafael?
El objetivo de traernos al personal del San Rafael es que se implemente el mismo sistema que se ocupa allá. El segundo objetivo es que empiece a capacitar al nuevo. Una vez pase esto, cuando ya el personal que estará de lleno en el Hospital El Salvador esté capacitado, entonces el personal regresará al San Rafael y que vuelva a funcionar la UCI allá. Ese es el plan en estos momentos. Incluso muchos colegas en el San Rafael están incómodos con esa idea porque dejamos al hospital sin UCI, pero no es la idea que sea permanente.
¿Cuánto tiempo tomará esa capacitación?
Pensamos que dos semanas lo mucho, unos 10 o 15 días. Durante ese tiempo estarán recibiendo pacientes no graves en la UCI del San Rafael, lo que se hará es que esa unidad va a funcionar como hospitalización normal, porque no tienen sentido estar recibiendo paciente grave si no tiene el personal entrenado. Eso aumentaría la mortalidad y sería maltratar al paciente. Durante esos 15 días se derivará al paciente que necesite UCI al Hospital El Salvador. Y para no desperdiciar las camas de la UCI se ocuparán en pacientes estables, que no requieran cuidados intensivos. Pero solo las camas, no el equipo.
Volviendo al hospital El Salvador, la especialización para médicos intesivistas dura años y para enfermeras, por lo menos meses, ¿usted cree que en 15 días es tiempo suficiente para capacitar a personal que atienda una UCI?
En ningún momento se está diciendo que quien venga del San Rafael va a dejar graduadas a las enfermeras, como enfermera intensivista. Las van a capacitar para manejar al paciente grave COVID-19 y también no solo se están contratando solo enfermeras inexpertas, sino que también enfermeras que tienen cierto grado de experiencia. Incluso hay gente que ha trabajado en UCI de otros hospitales. Estamos en un periodo de emergencia donde vamos a ser bien puntuales en qué entrenamiento debe recibir una enfermera que tiene que atender a un paciente.
¿Qué otras especialidades tendrá el hospital El Salvador?
En este momento además de las UCI habrá un área de hospitalización, de medicina interna. Se va a manejar pacientes que tengan necesidad de oxígeno, que necesite medicamentos especiales y va a ser un área de más de 800 camas, aparte de las 400 camas que van a tener capacidad para recibir pacientes críticos, en fase II.
Básicamente será un área donde se podrá tratar a todo paciente con sintomatología respiratoria relacionada a COVID-19. Pero, por ejemplo, si nosotros recibimos a una paciente que tiene embarazo, hay un área exclusiva por si acaso se da esa eventualidad y habrán gineco-obstétras que van a estar listos para una llamada.
Hay dos quirófanos que no son completos, pero para emergencias van a servir. También hay radiólogos que van a estar colaborándonos a distancia, en telemedicina también, para leer tomografías, radiografías, etcétera. Entonces sí va a ser multidisciplinario, plurifuncional en algún momento, pero la mayoría de los pacientes van a estar relacionados a COVID-19 con trastornos respiratorios.
En algunos casos de pacientes críticos de COVID-19 se presentan complicaciones como fallas renales, por ejemplo. ¿Cómo atenderán, con lo que ahora tienen, a estos pacientes?
Dentro de las 105 camas que estamos abriendo en este momento hay cuatro unidades con sistema para hemodiálisis, o sea que si algún paciente tiene necesidad de hemodiálisis, o un paciente con insuficiencia renal crónica pues aquí se va a atender perfectamente.
¿Y si hay fallas cardíacas o necesidad de ir al quirófano?
Aquí habrá quirófano. Y el hecho de que esté en cuidados intensivos quiere decir que cualquier falla cardíaca se va a tener que atender. Dentro del stock de medicamentos hay algunos, por ejemplo, para trombosis, es decir, para manejo de infarto del miocardio. El intensivista está en capacidad de manejar paciente en cualquier tipo shock. También, si hay necesidad por ejemplo hemodiálisis, si hay necesidad de algún tratamiento quirúrgico de baja complejidad habrá quirófanos.
La UCI del Hospital San Rafael ha sido la unidad más exitosa en lograr la recuperación de pacientes críticos de COVID-19 ¿Qué elementos cree que permitieron esa efectividad?
Son dos cosas. Desde que el San Rafael decidió proponerse como la primera UCI para atender pacientes graves de COVID-19 lo primero en que se trabajó fue la protección de su personal. Eso fue clave. Solo hemos tenido un caso de positivo que, por cierto, no fue sintomático, sino que salió positivo en el tamizaje que se hace periódicamente.
Lo segundo es que se siguieron protocolos estrictos. Es decir, se designó un protocolo que en algún momento pudo tener algún tipo de conducta que no estaba del todo comprobada y que luego se cambió, pero todos seguíamos ese protocolo. Se seguían los casos a través de telemedicina, con otros expertos y también tuvimos el aporte de médicos salvadoreños radicados en España, en Australia, en Italia. Entonces, todo ese sistema también de protocolizar nuestro manejo y que se complementara con la tele medicina, yo creo que esas cosas nos permitieron sino el éxito, los resultados que hemos tenido.
¿Considera que en el Hospital El Salvador, donde se manejará un equipo más amplio y un número de pacientes más grande, podrá mantener estas condiciones?
Precisamente por eso vamos a traer al personal de UCI del San Rafael, porque ellos van a decir qué está mal y qué está bien. Ellos son la clave de cómo se debe manejar a un paciente. El personal es la clave. ¿Se puede trasladar esa experiencia del San Rafael para acá?, sí. A mayor escala obviamente, pero si nosotros seguimos esas líneas, creo que vamos a tener mejores resultados. Ese es el objetivo de traer a ellos, que están con los pacientes.
El equipo con el que comenzaron a funcionar es equipo prestado del ISSS. ¿El equipo que está en la UCI es equipo que corresponde a este préstamo?
Mire, hay cierto equipo que el ISSS tramitó y compró. Entre ellos puede haber algunos ventiladores, algunos monitores, incluso algunas camas y otro tipo de equipo, pero no en su totalidad. No quiere decir que cuando se termine esta cosa y el ISSS requiera de llevárselos, se van a llevar las 400 camas, porque fue un ‘mix’. Así como hay compras del ISSS también hay compras del Ministerio de Salud, o a través de fondos propios del Gobierno.
La fracción, en el momento que el Seguro lo requiera, lo puede trasladar a su centro, está en todo su derecho, pero no en su totalidad y creo que si eso pasa habrá suficiente capacidad para sustituirlos.
(Entrevista realizada por Claudia Palacios y Karen Fernández el martes 23 de junio de 2020)