Transporte ilegal, la forma de transportarse de la mayoría
Pickups, microbuses y pequeños camiones piratas son los que mueven a los ciudadanos del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) rumbo a sus trabajos y a sus hogares; tras el fin de la cuarentena hace más de un mes y ante la falta del transporte público autorizado aún suspendido por el Gobierno a causa de la pandemia por la covid-19.
Puntos clave como el bulevar del Ejército, centros de abasto como La Tiendona, en San Salvador, y la zona de El Poliedro, en Colón, La Libertad se convierten en paradas no autorizadas de los “picacheros”, quienes cobran tarifas de entre $0.50 centavos y $1.00, el doble o cinco veces más de lo que pagarían en un autobús autorizado.
“Los servicios de pick up desde las 5:00 a.m. ya están funcionando; el último que he visto que pasa es a las 6:30 de la tarde”, afirmó Wendy Méndez, quien es ayudante de taxistas en el Bulevar del Ejército.
En estas zonas de abordaje de transporte pirata, las camas de los pickups o en él área de carga de camiones más de 25 personas comparten destino en un espacio de entre 4×2 metros. Este transporte no autorizado resulta riesgoso porque no se cumple con el distanciamiento social de dos metros requerido por las autoridades del Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud para prevenir contagios por coronavirus.
El transporte de pasajeros en pickups está contemplado como de “uso excepcional”, según la Ley General de Tránsito en su artículo 28, pero este debe ser autorizado previamente por el Viceministerio de Transporte, lo que los convierte en ilegales.
Datos oficiales del Viceministerio de Transporte (VMT) ubican al transporte público autorizado como indispensable para los que transitan por el AMSS. Cerca del 80% de personas que se mueven en el Gran San Salvador hacen uso de los autobuses y microbuses.
El Gobierno salvadoreño tiene planeado que el transporte público regrese en un 50% de su capacidad el 3 de agosto con la fase II de la reapertura económica, no obstante hay pocas garantías del cumplimiento de esa fecha. El Ejecutivo ya ha aplazado en dos ocasiones la llegada de esta etapa.
Con esta incertidumbre, el transporte ilegal se convierte en la única solución para los salvadoreños que deben salir a trabajar para proveer en sus hogares y poder subsistir ante la crisis económica provocada por la misma pandemia.