Washington apunta al cambio climático como uno de los motores de la migración en Centroamérica
Por Tomás Guevara
WASHINGTON DC – El Departamento de Estado reconoce que el impacto del cambio climático en Centroamérica está generando condiciones que impulsan la migración de nacionales de esos países que buscan llegar a Estados Unidos, muchas veces de manera irregular, a pesar de las reiteradas advertencias de que la frontera sur sigue cerrada.
La portavoz en español del Departamento de Estado de Estados Unidos, Namita Biggins, dijo en entrevista a la Voz de América que es claro que el impacto de eventos catastróficos como los huracanes que destruyeron los hogares y medios de subsistencia de unos 6,8 millones de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños el año pasado, catapultan las migraciones irregulares, a pesar de las advertencias y los peligros que representa la travesía.
Biggins acota sus opiniones al reconocimiento que hiciera el pasado lunes el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante una disertación en la Fundación de la Bahía de Chesapeake en Annapolis, Maryland, para abordar los planes de la administración del presidente Joe Biden en materia de política exterior para abordar el cambio climático, y a un día de iniciar una cumbre con 40 líderes mundiales para tratar la problemática.
“El secretario de Estado dijo que cuando estas catástrofes golpean a personas que ya están viviendo en la pobreza y la inseguridad, esto puede empujar a estar personas a abandonar sus comunidades en búsqueda de una vida y un lugar mejor y para muchos centroamericanos significa intentar llegar a Estados Unidos, incluso cuando decimos repetidamente que las fronteras están cerradas y que el viaje es muy peligroso”, ahonda Biggins.
La gran apuesta de Estados Unidos para la región
La portavoz del Departamento de Estado también señala que la apuesta de la administración Biden en cuanto al tema del cambio climático es ambiciosa y de un renovado liderazgo global, y que regiones como la centroamericana son prioritarias por las implicaciones que tiene para la primera economía del mundo.
Para ello, la portavoz Namita Biggins señala que se está trabajando con mucho empeño en los más altos niveles de la administración en Washington, como con la designación de la vicepresidente Kamala Harris para capitanear las estrategias y encontrar soluciones para asuntos tan complejos como las migraciones irregulares hacia Estados Unidos y dotar a los países de mejor andamiaje institucional para afrontar y resolver los problemas endémicos.
El gobierno de Estados Unidos tiene claro que el desarrollo económico de la subregión es clave, pero también no separa el dedo de la línea al señalar la responsabilidad de los gobiernos centroamericanos con sus ciudadanos en temas cruciales como combate a la violencia, la corrupción y pobreza que son claros detonantes de las migraciones.
“Bajo el liderazgo de la vicepresidenta Harris nuestros esfuerzos diplomáticos se centran en gestionar la migración y abordar sus causas fundamentales, incluido el apoyo al desarrollo económico, mejoras en la responsabilidad de los gobiernos, atacar la violencia, el cambio climático y también el hambre que existe… Estamos trabajando con los gobiernos en la región, con socios, con el sector privado y con el sistema multilateral para abordar estos temas”, agrega la funcionaria.
Este miércoles, en un avance sobre la cumbre sobre cambio climático, que inicia este jueves y concluye el viernes, otros funcionarios del Departamento de Estado, valoraron durante un encuentro virtual con la prensa, que la agenda sobre cambio climático que impulsa la Administración Biden se ciñe a soluciones técnicas y de calado global, y que temas como la migración deben analizarse desde otra perspectiva más focalizada.
Plan del Triángulo Norte focalizaría soluciones integrales
Biggins también comentó el alcance que tendría el plan para el Triángulo Norte de Centroamérica que apuesta por una donación de 4.000 millones de dólares de cooperación por parte de Estados Unidos para revitalizar la región en los próximos cuatro años.
Aunque por ahora el diseño mismo del plan está en ejecución, después que el Enviado Especial para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, concluyera a principios de abril una gira por Guatemala y El Salvador y participara en un encuentro con la misión diplomática de Honduras en Washington para encontrar los canales de articulación, de los que el enviado especial ha matizado que el sector privado y la sociedad civil de esos países tendrán un papel protagónico en la iniciativa.
También organizaciones de la sociedad civil y de medio ambiente de la región centroamericana valoraron la semana pasada –durante un foro de un centro de análisis en Washington- que la administración del presidente Biden debería incluir en la apuesta para el Triángulo Norte de Centroamérica, el apuntalamiento a proyectos para revertir el impacto por el cambio climático, a razón de las altas cifras de damnificados que dejaron los huracanes Eta y Iota en noviembre de 2020.
“Tengo que referirle a los comentarios del enviado especial Zúñiga, pero creo que habrá más detalles a anunciar, lo que si puedo decir es que es una situación que requiere no solo los esfuerzos del gobierno estadounidense, sino de la región entera de Centroamérica y también del sistema multilateral… estamos trabajando con varios socios estratégicos para abortar este tema de varias maneras” puntualizó Biggins a la VOA.