El espejo de Bukele en la Nicaragua de Ortega
En noviembre los nicaragüenses están llamados a las urnas, pero las condiciones para celebrar unas elecciones libres, limpias y competitivas no están garantizadas.
Desde los primeros días de junio, el régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo emprendió una cruzada contra todo aquello que huela disidencia. Al menos 20 opositores han sido encarcelados, incluyendo a cinco precandidatos a la presidencia, las condiciones para ejercer la protesta pacífica no están garantizadas y la labor del periodismo es perseguida a través de la intimidación y el acoso.
El deterioro democrático en Nicaragua no es reciente y se remonta al menos 20 años atrás ante la mirada pasiva de la comunidad internacional que por omisión ha permitido el escalamiento autoritario a momentos sin precedentes en Centroamérica.
El desmantelamiento democrático en Nicaragua se produce en momentos en los que en El Salvador el poder judicial y el fiscal general de la República son cooptados por el ejecutivo de Nayib Bukele que, acuerpado por las mayorías en el Congreso, emprendió un golpe a la independencia de poderes, sin ninguna consecuencia.
En esta nota, diferentes especialistas en las leyes, el periodismo y los derechos humanos, explican a FOCOS las condiciones que propiciaron el surgimiento de una nueva ola autoritaria en las endebles democracias centroamericanas.