Volver a empezar después de 49 días en un centro de contención de COVID 19
El 27 de mayo, en la madrugada, Miguel volvió a su casa después de estar 49 días encerrado por, supuestamente, romper la cuarentena domiciliar, pese a que nunca tuvo COVID 19.
Miguel todavía tiene miedo de que se revele su nombre real o de que publiquemos una foto donde se vea su rostro. Cree que todavía las autoridades podrían tomar represalias y que, si se dan cuenta de que habló, lleguen a su casa, se lo lleven otra vez a un centro de contención y que además arrastren con él a alguien de su familia. Apenas es el día uno de su vuelta a la «vida normal».
El martes 26 de mayo a Miguel le dijeron que por fin podía volver a su casa. Habían pasado 49 días desde que tres policías y cinco soldados lo detuvieron y le dijeron que lo llevarían a una delegación por andar en la calle e irrespetar la cuarentena domiciliar. Poco les importó que el joven de 18 años saliera porque su familia necesitaba dinero. Se lo llevaron a una estación policial y luego a un centro de contención con otros 60 hombres a los que, supuestamente, encerraban por la misma situación.
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Desde el Martes Santo, el 7 de abril, el estudiante universitario estuvo encerrado en la casa de retiro Nuestra Señora de Monte Carmelo, en Ciudad Delgado, un centro de contención que se volvió mediático por las múltiples denuncias que realizaron los albergados por el mal manejo que ahí hacían las autoridades de salud. Ahí le hicieron tres pruebas RCP, para determinar si tenía coronavirus, pero todas dieron negativas.
El 21 de mayo él y sus compañeros se declararon en huelga de hambre por la poca información y las malas condiciones que tenían en Monte Carmelo. Para ese entonces nueve de los albergados ya se habían enfermado de COVID 19 dentro de la instalación y todos tenían miedo de que les pasara lo mismo. El Ministerio de Salud decidió entonces dividir a los 60 hombres en dos grupos y enviarlos a dos sedes de Ciudad Mujer, Colón y Morazán. A Miguel lo mandaron a Oriente.
«Al principio fue decepcionante que nos mandarán para allá (Morazán) porque sentíamos que estábamos cada vez más lejos de la familia, pero al menos estábamos un poco mejor, porque teníamos aire acondicionado. Nos hicieron una cuarta prueba y como NO dimos positivo al fin nos dejaron salir», manifiesta Miguel, al recordar su breve paso por su segundo albergue.
El regreso a casa
Al igual que Miguel, el resto de los que estuvieron albergados en Monte Carmelo salieron de la cuarentena controlada el 26 de mayo. El grupo que estuvo en Ciudad Mujer Lourdes incluso hizo un video agradeciendo por la ayuda que recibieron:
Para Miguel no fue tan fácil volver. El bus desde Morazán lo llevó primero a la delegación policial de San Bartolo y desde ahí en patrulla lo llevaron a una subdelegación en la San José, en Soyapango. Luego tuvo que hacer una espera mientras los oficiales se ponían de acuerdo para escoltarlo hasta su casa, a la que finalmente llegó en la madrugada del miércoles 27.
«Me dijeron que debo estar 15 días más en cuarentena, pero en mi casa, así que estoy encerrado en mi cuarto, más que todo para proteger a mi familia, aunque me dijeron que no tenía nada», cuenta Miguel. El nuevo encierro, aunque sigue siendo encierro, le sabe diferente. «Es diferente estar en mi cama».
Una vez que termine su nueva cuarentena Miguel tiene claro cuál es su reto: «quiero adaptarme otra vez a esta vida, a estar afuera. Y quiero salvar mi ciclo en la universidad, porque si no lo logró no voy a estudiar en todo lo que queda del año».