Bukele, en campaña, convierte su régimen en un “milagro” de Dios

Con la campaña presidencial recién iniciada, la primera aparición pública de Bukele fue para autoproclamarse un “testimonio” de Dios en El Salvador, y para declarar al régimen de excepción un “milagro” en una batalla espiritual liderada por su Gobierno. “El mal sigue acechando, y en el momento en el que dejemos de darle la Gloria a Dios, puede volver”, predicó el presidente que busca una reelección inconstitucional.

Nayib Bukele subió al podio, saludó a los asistentes, y ya entrado en calores, cual pastor, alzó la voz, levantó las manos y narró a más un centenar de religiosos evangélicos una nueva parábola. A cuatro meses de las elecciones presidenciales, el presidente y candidato inconstitucional a la reelección comparó su política más violatoria de derechos humanos en las calles y en las cárceles con un plan bendecido por milagros divinos que jamás se hubiese podido implementar sin la voluntad de Dios.

Ocurrió el 9 de octubre, cerca de las 7 de la noche, al cierre de la primera jornada de la Confederación Iberoamericana de Comunicadores y Medio Masivos Cristianos (Coicom 2023), la convención de pastores evangélicos que aglutina a comunicadores y líderes evangélicos de más de 20 países de Iberoamérica. Bukele se presentó como orador e invitado honorífico de un evento que contó con el patrocinio del Ministerio de Turismo.

Bukele está en campaña. Y como lo hiciera para la presidencial de 2019, comienza a arroparse con la comunidad evangélica en El Salvador, que ya está igualada con un 38 % de preferencias con la católica, según publicó LPG Datos en abril de este año.

En las nuevas buenaventuras de Bukele, Dios obró a través de él y de su Gobierno y así convirtió al peor país del mundo en el mejor, de la manos de una política opresiva que ha dejado tras sí una estela de miles de denuncias de violaciones a derechos humanos, casi 200 muertes en las cárceles de privados de libertad, a El Salvador como el país con la tasa más alta de presos en el mundo y uno con la menor tasa de homicidios en el continente.

“En 2022 tuvimos el fin de semana más sangriento que habíamos tenido. En tres días asesinaron a 84 salvadoreños, en uno de esos días asesinaron 61”, dijo el mandatario de manera errónea. Entre el 25 y el 27 de marzo de ese año, la Policía Nacional Civil registró 87 asesinatos, el 26 fue el día más homicida del que haya registro en la historia salvadoreña con 62.

El Gobierno, que aseguraba tener a raya a las pandillas, había quedado al desnudo. “Cada 15 minutos nos avisaban de otro homicidio”, dijo Bukele mientras agitaba sus brazos para enfatizar los puntos que exponía. “Nos reunimos hasta altas horas de la madrugada. Estaba el ministro de la Defensa, estaba el ministro de Seguridad, estaba el director de la Policía, el fiscal general, alguna gente de mi equipo cercano y decíamos: ‘qué hacemos’”.

Los ‘milagros’ del régimen

Lo primero que hicieron, según siguió contando, fue “confiar en Dios y no tener miedo e ir directamente hacia los terroristas”. “Amén”, replicaron los oyentes antes de que el presidente comenzara su parábola de los milagros que se le concedieron para que el régimen funcionara.

“No solo teníamos que lograr el milagro de ir a detenerlos, sino que teníamos que lograr el milagro de que ellos no respondieran matando gente. Que algo los detuviera mientras lográbamos (capturarlos)”, inició Bukele predicando el primer milagro del régimen.

El segundo milagro se concretó en los primeros meses del régimen. A policías y militares, la orden dada desde el 26 de marzo era clara: desarticular a la MS-13, que según las autoridades era la estructura que ordenó la ola homicida. Varios reportes de prensa revelaron que la mayoría de las primeras capturas era gente perfilada como parte de la Mara Salvatrucha (MS-13), mientras que se reportaron poco de las dos facciones del Barrio 18. Expedientes judiciales filtrados a medios de comunicación dieron cuenta, meses más tarde, que los requerimientos fiscales apuntaban solo contra la MS-13.

La razón detrás de esta medida, según investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos y de varios medios periodísticos, es que Bukele sostuvo un pacto con esa pandilla en los primeros años de su Gobierno. Cuando ese pacto se rompió en marzo de 2022, Bukele se propuso capturar a todos los miembros de esa pandilla. Pero Bukele ahora da una versión alternativa:

“Había tres grupos y no teníamos la fuerza de ir contra los tres al mismo tiempo. Entonces decidimos ir contra uno y cuando lo desarticuláramos iríamos contra el otro y cuando lo desarticuláramos iríamos contra el otro. Pero necesitábamos otro milagro: que los otros dos grupos no supieran que iban ellos después”.

Bukele atribuyó el siguiente milagro a que “no ha habido un tan solo ejemplo en la historia de la humanidad en donde un Gobierno ha desarticulado 70,000 terroristas sin una tan sola baja civil”, dijo.

Pero Bukele no fue el único que pasó por alto con esa frase la presunción de inocencia y los más de 7,000 detenidos de manera arbitraria, confirmados por su propio gobierno. Los pastores también, que estallaron en aplausos cuando Bukele ensalzó la captura de “70,000” terroristas.

Y aún así, con todas esas capturas, Bukele aún no se siente seguro ni con la compañía de tantos religiosos. Mientras Bukele hablaba en el salón Bristol del Hotel Barceló, en una de las zonas más exclusivas de la capital salvadoreña, su seguridad evitaba que los asistentes salieran del salón aún cuando le gente pedía con urgencia que les permitieran buscar un baño.

“Ese fue el milagro más grande”, siguió Bukele, “yo confiaba 100 % en que lo que estábamos haciendo era lo correcto porque 100 % teníamos el favor de Dios porque siempre lo hemos tenido. Pero no pensé jamás que Dios nos concediera toditos los milagros”.

Fuera de la ley, el régimen de excepción inició en la práctica el sábado 26, cuando la peor masacre en el país seguía cobrando vidas, las fuerzas de seguridad comenzaron a capturar a personas en diferentes partes del país. A la mayoría de ellos les aplicaron el régimen de excepción sin que estuviera vigente al momento de la captura, según revelaron Redacción Regional y La Prensa Gráfica. Pero Bukele fija la fecha de arranque en el domingo 27 de marzo, un día antes de que se detuvieran todos los homicidios.

Los oyentes asentían con su cabeza y a lo lejos se oían amenes, expresiones de afirmación y apoyo a las palabras de Bukele. “Las temibles pandillas que tenían aterrorizados a El Salvador, Honduras, Guatemala, a ciudades enteras en Estados Unidos, en Italia, las pandillas más temidas del mundo corriendo despavoridas. Quién puede lograr eso más que una guerra espiritual ganada”, puntualizó Bukele señalando al cielo y con cientos de aplausos y vítores de los espectadores.

Bukele siguió su prédica asegurando que estaba librando una guerra en la tierra que era un reflejo de la guerra espiritual que había ganado con ayuda de Dios en el cielo. “La guerra se ganó a nivel espiritual. Nosotros fuimos el reflejo de esa guerra espiritual (…) Nosotros nos vimos en las calles arrestando arrestando a terroristas, pero realmente éramos el reflejo de los que se había ganado en la guerra espiritual”, repitió el mandatario a lo que le respondían con más aplausos. “Dios quería que fuéramos testimonio de su Gloria en la Tierra”.

El testimonio del que Bukele dice ser parte, en un año y siete meses ha dejado de lado las súplicas que miles de familias han hecho para que liberen a sus padres, madres, hermanos e hijos que el régimen se llevó sin justificación. Y ahora, en su predica, Bukele vuelve a omitir mencionar a las cientos de familias que han perdido a uno de los suyos en las cárceles.

Antes de concluir, Bukele le pidió dos cosas a su público: una fue “le quiero pedir al pueblo salvadoreño, muchos de aquí son del pueblo salvadoreño, les quiero pedir que siempre tengamos la humildad para darle la Gloria a Dios y saber que el mal sigue acechando y que en el momento en el que dejemos de darle la Gloria a Dios el mal puede volver. No volverá si le seguimos dando la Gloria a Dios”. Al resto de los invitados extranjeros, les pidió que oren por el país porque “nosotros podemos ser un ejemplo para sus países, para sus tierras y para sus labores pastorales en esas tierras”.

Reestableciendo lazos con la comunidad evangélica

El ascenso de la carrera política de Bukele ha ido de la mano de un creciente acercamiento a la iglesia evangélica. Los encuentros crecieron durante la pasada campaña presidencial, cuando el actual mandatario corrió con la bandera de Gana y prometió a un grupo de pastores la creación de la Secretaría de Valores.

En diciembre de 2018, Bukele se arrodilló frente a un grupo de pastores evangélicos que lo bendijeron de cara a los comicios que ganó al año siguiente. “Sé bendecido Nayib, que la bendición del cielo de la que dijimos, la que Jacob le dio a José, sé bendito, bendice a este país, ningún hombre lo ha hecho, pero yo te pido en nombre de Jesucristo que si tu lo hacés serás bendecido, este país será vendido y el cielo te amará”, lo ungió el pastor Romel Guadrón.

Ese mismo año se acercó también al pastor argentino Dante Gebel, a quien incluso invitó a orar por él en su juramentación celebrada en el Centro Histórico el 1 de junio de 2019.

Para 2023, sin embargo, su gobierno no ha creado una institución pública que trabaje de la mano con los pastores, pero sus políticas sociales y su discurso conservador lo han mantenido en buena relación con la comunidad evangélica.

Bukele también ha respaldado a pastores cercanos al expresidente estadounidense Donal Trump que cabildean con mandatarios el traslado de las embajadas de Tel Aviv a Jerusalén para que ese lugar sea reconocido como la capital de Israel, según reveló El Faro en agosto de 2019.

Mucho antes de que diera a conocer sus aspiraciones presidenciales, también recibió a l Naasón Joaquín García, líder de la iglesia La Luz del Mundo, que fue condenado el año pasado a 16 años y 8 meses de prisión por abuso sexual de menores. Bukele incluso apareció en el documental La oscuridad de La Luz del Mundo de Netflix, cuando le entregó al autoproclamado “apóstol de Jesucristo” un reconocimiento en 2015 como alcalde de San Salvador. Ya como presidente electo, Bukele fue invitado de honor cuando colocaron la primera piedra para la construcción de la Ciudad de La Luz del Mundo en El Salvador.

Al evento también asistieron otras personalidades de la política salvadoreña, como su primo Xavier Zablah Bukele, presidente Nuevas Ideas, el partido que impulsa la candidatura inconstitucional de Nayib Bukule, y el diputado Walter Alemán.

El pastor y presidente de la Coicom, Arnold Enns, narró que fue gracias al pastor de la iglesia Kemuel, Juan Carlos Hasbún, quien conoció a Bukele mientras este era alcalde de Nuevo Cuscatlán, que fue posible la celebración del evento y el acompañamientos del presidente.

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