Empleados denuncian suspensión ilegal de contratos
La semana pasada comenzó la reapertura económica, la cual suponía el regreso a las labores para cientos de salvadoreños que por casi dos meses estuvieron en cuarentena preventiva con el objetivo de no contagiarse de COVID 19. El encierro funcionó a medias para gente como «Roberto», quien solicitó ser llamado así para resguardar su identidad. Lo bueno es que no está enfermo, lo malo es que no tiene trabajo.
El 3 de abril, «Roberto» y otros 120 compañeros de la empresa Princraft Central América S.A. de C.V. recibieron la noticia de que sus contratos serían suspendidos. No los estaban corriendo, pero debían irse a casa por 60 días debido a que para la imprenta era insostenible la situación por la emergencia nacional por la pandemia.
Les pagaron hasta el ese día y les dijeron que al terminar la cuarentena los volverían a llamar. Pero de eso han pasado ya más de dos meses y Roberto ya duda de la oferta que les hicieron.
«La última vez que nos pagaron fue el 3 de abril y muchos compañeros ni siquiera recibieron el bono de $300 que dio el gobierno para sus familias. Pasamos varias días sin poder trabajar ni en la empresa ni en ningún otro lado, porque después vino la cuarentena obligatoria y ni transporte había para salir», cuenta otro compañero de Roberto que no se quiso identificarse por temor a represalias de la compañía. Aún tiene la esperanza de que lo llamen y respeten su contrato.
Printcraft sustentó la suspensión de los contratos de «Roberto» y el resto de trabajadores en los artículos que componen el capítulo V del Código de Trabajo, que habla sobre las condiciones para poner «en pausa» a un empleado con contrato vigente. Pero esta acción debe tener una notificación formal y «Roberto» denuncia que ellos solo recibieron un audio por WhatsApp explicando la situación. Al día siguiente pusieron una demanda.
«Nos dijeron que nos iban a pagar la mitad del salario, pero solo nos depositaron $15. Inmediatamente pusimos una denuncia en el Ministerio de Trabajo y allá nos regañaron porque dijeron que no querían que nadie saliera de la casa, así que comenzamos a denunciar la situación en redes sociales y nadie nos hizo caso», añadió Roberto.
Sin respuesta del Ministerio
El ministro de Trabajo, Rolando Castro, dijo el 16 de junio, en la entrevista televisiva de Diálogo con Ernesto López, que las empresas que suspendieron contratos de sus empleados durante la pandemia enfrentarán problemas legales. Sin embargo, después de dos meses no han dado ninguna respuesta a los empleados de Printcraft.
Lo que alarma a los trabajadores de esta maquila digital es que el Ministerio sí actuó con celeridad en otros casos como INTRADESA y ADOC, a las cuales cerró la tercera semana de mayo por continuar laborando sin permisos autorizados, según declaró Castro.
«Hicimos una denuncia al Ministerio de Trabajo y nos dijeron que en 15 días nos darían una respuesta. Luego fuimos a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y tampoco nos dieron solución. Solo nos dijeron que esperáramos. El problema es que esa espera se volvió larga y seguimos sin trabajo y sin dinero», explican ante la situación.
«Nosotros solo queremos que nos digan la verdad. Sí la empresa está en quiebra o ya no puede funcionar, pues que nos digan y así nos dan nuestro tiempo y buscamos otro trabajo, pero que nos lo digan», suma otro de los empleados afectados con la situación.
Pero a la situación se sumó otro problema. Es que la empresa, de manera clandestina, siguió trabajando y varios compañeros de los suspendidos les informaron que estaban yendo a trabajar a escondidas. Eso llena más de preocupación al grupo de empleados que aún sigue sin ser llamado.
«Ahorita seguimos suspendidos, pero ya hay algunos empleados que están trabajando por horas. Los dueños de la empresa dicen que no quieren mucha gente y que por eso no llaman a todos, así que hay más de 100 que todavía no se incorporan. También dicen que tienen miedo de que llegue una nueva cuarentena. Pero la empresa nunca ha dejado de trabajar, nunca paró», reconoció una de las supervisoras de la empresa que no quiso revelar su nombre porque teme que le quiten su trabajo.
Focos llamó a Margarita Magaña, gerente de recursos humanos de Printcraft en El Salvador. Aunque no quiso ahondar en el tema porque tiene un «contrato de confidencialidad», sí dijo que solo han llamado a un grupo de los suspendidos y que el resto sigue en veremos. No explicó las razones sobre esta decisión.
La lucha por subsistir
«Mi papá es albañil, pero no ha podido trabajar porque ha estado enfermo y tuvimos que llevarlo a una clínica privada porque en el hospital no lo atienden si no es coronavirus lo que tiene. Mis hermanos han hecho ventas, como pupusas, para subsistir. Otras personas nos han ayudado con víveres», declaró Roberto, sobre la situación que le ha tocado vivir durante los últimos dos meses.
La supervisora de Printcraft le ha dicho a «Roberto» que los contratos siguen suspendidos y no le dan una fecha para volver. Los que logran ir van para que les paguen por horas extras, a $1.25 la hora, la mitad de lo que les corresponde.
«Si las cosas no se normalizan para la segunda fase (de la reapertura económica) para volver a trabajar, entonces yo me iré directamente al Ministerio de Trabajo. Tenemos familias que mantener y necesitamos trabajo», declaró.
Los trabajadores de Printcraft señalan que hay varias familias afectadas por la situación y que poco a poco están perdiendo la esperanza de volver a recuperar sus trabajos. «Los compañeros que han aceptado que les paguen poco nos dicen que la verdadera razón por la que la empresa no quiere llamarnos a todos es porque no quiere pagar por planillas. Si no aceptamos el pago que ofrecen ahorita nos van a tener sin trabajo y uno acumula deudas. Eso es lo que más nos preocupa», concluyó.
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