El hito de las candidaturas LGBTI en las elecciones 2021
Alejandra Menjívar, candidata al Parlacen por el FMLN, y Erick Iván Ortiz, candidato a diputado de San Salvador por Nuestro Tiempo
(Transcripción editada de la entrevista realizada por Karen Fernández transmitida el domingo 10 de enero de 2020)
Me imagino que han pasado por muchos obstáculos hasta llegar a estas candidaturas a cargo de elección popular. ¿Cuál el obstáculo más grande que ustedes dirían que han tenido que superar para llegar hasta esta elección?
A.M.: Bueno, creo que los obstáculos siempre van a ser los mismos que cualquier otra persona de la diversidad sexual en Latinoamérica: el prejuicio, el estigma, la desigualdad social. Es decir, las políticas públicas son enfocadas en ciertos parámetros para la población heterosexual y dejan de lado a las demás poblaciones y sectores sociales. En mi caso particular, hasta hoy, creo que no tuve ningún problema directo para el proceso de la inscripción. Creo que ni siquiera perfilaban que una persona trans pudiera participar en el proceso de elecciones para 2021. Sin embargo, como no existe legislación, vamos a participar bajo el nombre según documento único de identidad. Esperamos que sean los apellidos únicamente.
Hasta el día de hoy, durante el proceso no tuve ningún problema o ningún inconveniente. Incluso dentro del partido, en el proceso de elecciones internas, la Comisión Especial Electoral promulgó un comunicado, una resolución en donde hacía constar que las personas de la diversidad sexual tenían el mismo derecho de participar en el proceso, y que las personas trans que decidieran participar lo harían bajo el nombre con el que se sentían identificadas y esto no iba a tener ninguna variante en el caso de resultar electas. Así que, hasta el día de ahora ha sido todo con buena marcha, con buen espíritu de participación.
E.O.: Llegar a ser candidato no es una cosa de la noche a la mañana, por lo que me iría un poco más atrás. Has mencionado, por ejemplo, mi participación en Arena. Y de mi trabajo como activista. Yo creo que el activismo es político. Hacer política está en nuestra naturaleza. Ese ha sido parte de mi trabajo, el generar incidencia política desde que hago activismo. Y en el pasado también he intentado seguir creciendo en este perfil, para poder alcanzar una representación política que sabemos que para las personas LGBTI se nos ha escapado por demasiado tiempo. Prueba de ello es que mi candidatura es la primera abiertamente gay en la historia a la Asamblea Legislativa en El Salvador. La de Alejandra también, la primera en el caso del Parlamento Centroamericano (Parlacen). Esto nos habla de las barreras históricas que hemos enfrentado las personas LGBTI para poder acceder a la representatividad.
En mi caso, me ha tocado en dar esta batalla haciendo política fuera del closet en todos los espacios en los que he participado antes. Y eso, digamos, en alguna medida ha retrasado la posibilidad de poder inscribirme en alguna candidatura y participar en elecciones en el pasado; pero que en la actualidad, con Nuestro Tiempo, he encontrado un partido que es coherente, que es inclusivo y que es diverso. Apoya estas nociones de la sociedad que necesitamos construir en adelante. Al poder participar con Nuestro Tiempo, se me abrieron las posibilidades de poder concretizar esta primera candidatura. Entonces, diría que en los últimos meses, si bien no han sido un obstáculo desde la perspectiva jurídica o demás hacia mi candidatura, sí lo ha sido en el pasado. Ya una vez configurada la candidatura sí es cierto que no ha sido fácil. No ha sido fácil por los poderes fácticos, el conservadurismo que domina medios de comunicación, que domina el poder económico también en el país. Sin embargo, creo que como personas LGBTI, la resiliencia es parte casi que de nuestro ADN por fuerza, por este entorno homofóbico y violento en el que vivimos. Y esa misma resiliencia nos permite ir sorteando estas dificultades. No puedo decir que ha sido fácil, pero sí, que estoy convencido de seguir dando esta batalla y de seguir superando los obstáculos que nos puedan ir enfrentando en la candidatura.
Alejandra, en una entrevista en 2019 que diste para El Faro, dijiste que dentro del FMLN te habían dicho que tenías que mantenerte en cierto nivel porque el partido no podía arriesgarse a perder votos conservadores. Me pregunto, ¿qué ha cambiado en el FMLN para que ahora sí puedas competir en este cargo de elección popular?
A.M.: Sí más bien no me equivoco, cuando me preguntaban en ese espacio sobre cómo veíamos el tema de diversidad o cómo estaba trabajándose el tema de diversidad en el FMLN, dije que en sus inicios fue esa la impresión, de que había que mantenernos en bajo perfil o que había cierta resistencia o miedo de cómo nosotros íbamos a participar dentro del instrumento político. Y la mejor referencia que puedo hacerte sobre el trabajo que hemos venido desarrollando durante este tiempo; es decir, no soy una militante de uno o dos años. Dentro del instrumento histórico hay un trabajo de base y eso es lo que nos ha respaldado en esta candidatura. La mejor referencia que yo puedo hacerte es, por ejemplo, en la su resolución especial de la convención del año pasado, por medio de voto directo por unanimidad reconocen el carácter organizativo, orgánico y de trabajo del Colectivo Nacional de Diversidad Sexual y Género del FLMN. Y eso es lo que abrió pauta o abrió las puertas para que nos convirtamos en una secretaría, porque también establece que se buscarán los mecanismos para que el colectivo goce de las mismas oportunidades y espacios de participación y representación que cualquier otra de las secretarías tiene dentro del FLMN. Ese es uno de los ejemplos claros.
Entonces dirías que el FLMN en estos dos años desde que diste esta declaración, por ejemplo, ¿ya no teme perder esos votos conservadores que mencionabas en este momento?
A.M.: Sí, quizás hay que aclarar la entrevista es del 2019 pero la referencia hacia el tema que nos habían pedido o tenían miedo hacia la visibilización de las personas LGBTI hacía referencia a diez u once años atrás. Entonces hay que acotar ese punto. No es que el FMLN ha cambiado en estos últimos dos años. Ha sido una construcción de años desde el trabajo territorial y desde el trabajo tanto en la dirección pasada como la anterior.
En una entrevista que has dado para Revista Factum has dicho que tu candidatura generó debates dentro del partido. ¿Qué tipo de debates?
A.M.: Por supuesto, así como los está generando a nivel de la sociedad en general sobre si respondemos a los principios de partido, si vamos a gastar el instrumento político, si sumamos o restamos, si está bien que el FMLN tenga participación de la diversidad. Es decir, siempre hay diferentes voces y opiniones dentro del instrumento político y eso es lo que nos enriquece. El debate, la crítica y la autocrítica como militantes y como un instrumento político de avanzada que siempre ha abanderado todas las luchas sociales. Y en este caso, hice mención en esta entrevista sobre debate que ha generado puesto que es primera vez, en la historia de un partido político que una persona transgénero está participando en este proceso de elecciones a cargos populares en la región Centroamericana.
Entonces, mi candidatura ha generado debate porque muchos han preguntado cómo apoyarla, cómo hay que votar, cómo vamos a trabajar en el territorio con la ciudadanía, cómo vamos a llegar a los sectores que son de carácter conservador, a los que yo les llamo antiderechos. Ha sido un debate muy enriquecedor porque hemos tenido que trabajar la plataforma como candidata y la plataforma como partido para el Parlacen y ha sido muy enriquecedor ese debate, esa cuestión de retroalimentarnos, retroinformarnos sobre qué es lo que la gente quiere y qué es lo que la gente espera de esta candidatura. Son 453 organizaciones de sociedad civil que se han sumado a respaldar la candidatura de Alejandra, que arrancó desde el momento de que nos eligieron, pero la cual venimos trabajando desde meses atrás.
Te voy a interrumpir ahí justamente porque más adelante quiero que hablemos del movimiento social alrededor de sus candidaturas. Erick Iván, Nuestro Tiempo se presenta como un partido donde caben todos siempre y cuando sean honestos y no tengan pasado asociado a la corrupción. ¿Tu candidatura, la de un hombre abiertamente gay, representa la puesta de todo el partido o es un proyecto personal en un partido muy amplio?
E.O.: Yo creo que es claro cuando podemos ver y analizar los objetivos y los principios del partido. Hablan con contundencia de la diversidad, de la solidaridad, de la empatía, etcétera. Y la definición de sociedad es clara es proyectar una sociedad en la que precisamente la diversidad sea el motor de la creatividad, de la productividad humana. El partido sabe que queremos construir una sociedad que tenga algo claro y es que nadie se queda atrás a la hora de buscar este desarrollo social. Y desde esa perspectiva creo que el partido tiene una plataforma amplia, hay una diversidad de pensamiento porque creemos que los partidos también tienen que mostrar en buena medida ser un reflejo de la sociedad. Porque tenemos que aprender a generar y a entendernos políticamente dentro de los partidos para también entender políticamente y socialmente a la sociedad.
Yo revisé los estatutos del partido, justamente, y encontré el principio de la diversidad. Pero, por ejemplo, no es una declaración explícita de apoyo a la diversidad sexual. Entonces, te pregunto esto porque, por ejemplo, la directora de transparencia en otros temas se ha declarado provida, cuando otros miembros del partido han apoyado la despenalización del aborto. Entonces, mi pregunta es, Nuestro Tiempo, como bloque, por ejemplo, ¿te apoyaría en temas como Ley de Identidad de Género u otras reivindicaciones de la población LGBTI? ¿O es tu proyecto personal en esta amplitud que hemos estado destacando?
E.O.: Yo puedo estar bastante tranquilo y convencido que compartimos esta visión con muchas personas dentro del partido. Y creo que va a haber que esperar a que el partido lance su plataforma legislativa, para ver con claridad cuáles son los puntos que el partido va a trabajar en este y en otros temas. Pero, que sin lugar a dudas, creo que es una muestra incontestable de la puesta del partido por el tema de la diversidad sexual, en la medida en la que yo soy candidato propietario a una diputación en San Salvador en la casilla número 5.
Esto no fue casualidad, recordemos que pasamos unas internas y fueron las bases del partido, también, las que me pusieron en esa posición. Al final, esto de lo que se trata es de ser la muestra representativa, en alguna medida, de nuestra sociedad en la que existen estas diversidades de opiniones, diversidad de experiencias; pero que también nos reta a poder entendernos unos a otros. Y, en esa misma medida puedo decirte con total tranquilidad que mi candidatura tiene, como objetivo central, poner en la mesa cuáles son las necesidades y las reivindicaciones de la población LGBTI.
Mi plataforma legislativa incluye la ley Especial Contra la Discriminación, incluye la Ley de Identidad de Género, y también la puesta por el Matrimonio Igualitario en El Salvador. Estas son tres de las reivindicaciones históricas del movimiento LGBTI y ahí no hay lugar a dudas, pues, es contundente la propuesta de poner al centro por primera vez en la historia, en una plataforma legislativa que aspira llegar a la Asamblea, que tengamos esta posibilidad como personas LGBTI de tener una plataforma que sí nos pueda representar a todas y a todos.
Alejandra, ha sido difícil, para algunos en su partido, comprender a los seres humanos no solo desde la lucha de clases, sino también reconocer el género, la identidad y la orientación sexual como fuente de luchas sociales. ¿El FLMN ya zanjó ese debate? ¿La dirección del FMLN reconoce que las luchas sociales no solo tienen que ver con ser trabajador, sino que también deben incluir diversas dimensiones del ser humano?
A.M.: En los debates, particularmente después del Primer Congreso del FMLN en el 2015, ya en los documentos pragmáticos y en los documentos que se emitieron para el trabajo político partidario ya enuncian el trabajo con los diferentes sectores sociales. Es decir, más allá si antes se trabajaba o debatía sobre el tema de la lucha de clases y el tema de los trabajadores; es que parte de la diversidad sexual también es parte de la clase trabajadora. Es decir, lo que se ha hecho es una transversalización integral de todos los sectores poblacionales a los temas que el partido venía trabajando.
Es decir, se ha hecho ese trabajo de conciencia, se ha hecho ese trabajo de apertura sobre ese tema de clase. Hablar sobre la diversidad sexual también es hablar sobre la lucha de clases porque hay también una vinculación directa. Estos son temas que ya hemos trabajado, y justamente es importante el enunciar que el llegar a esta candidatura, el lograr esta candidatura con un amplio respaldo de las bases. Es decir, mi voto fue nacional. Estamos hablando de una posición 5 del voto nacional de un padrón de más de 40 mil personas. Estamos hablando que hay un amplio respaldo en base al trabajo que se ha venido desarrollando por años.
Y eso también nos compromete mucho hacia lo que vamos a proyectar. Ya Erick mencionaba parte de sus apuestas. Nosotros venimos trabajando apuestas que responden también más allá del movimiento social o hacia las personas de diversidad sexual. Es decir, yo soy una persona trans, pero yo voy a responderle a los ciudadanos salvadoreños y salvadoreñas sin importar la orientación sexual o la identidad de género. Es decir, esta candidatura representa a más sectores poblacionales que solo la diversidad sexual. Porque nos debemos a todos y a todas. O sea, no podemos quedarnos apoyando una sola población. Que si bien va a ser una de las poblaciones primordiales a la que vamos a darle apuestas e iniciativas a través del Parlamento Centroamericano, sí. Pero eso no quiere decir que vamos a dejar fuera a las mujeres, a las juventudes y a los otros sectores históricamente excluidos.
¿Quiénes son los votantes de los que esperas recibir apoyo el 28 de febrero? Es decir, ¿tu candidatura es fundamentalmente para representar a personas de la diversidad sexual?
E.O.: La verdad es que claramente, después de ser un activista LGBTI por los últimos 8 años, por supuesto que mi mayor aspiración es poner al centro de la plataforma legislativa las necesidades y las reivindicaciones más importantes de la población LGBTI. Sin embargo, Karen, cuando analizamos las propuestas, por ejemplo la bandera insignia de la candidatura, es una Ley Especial Contra la Discriminación. ¿Por qué? Porque entendemos que la discriminación está presente como un factor estructural en la sociedad. Se discrimina a las mujeres, a las juventudes, a las personas con discapacidad, a las personas afrodescendientes, a los pueblos originarios.
Entendemos entonces que la discriminación es un problema estructural en el país y que nos afecta a diferentes poblaciones. Por lo mismo, este instrumento, una Ley Especial Contra la Discriminación nos va a permitir empezar a atacar ese problema estructural. Y eso no es solo para población LGBTI, como he dicho, porque sabemos que al final la discriminación también trunca sueños para muchas personas. Para muchos niños, niñas, adolescentes, esto es motivo de acoso, es una forma de hacer que pierdan la posibilidad de imaginarse un mejor futuro. Entonces, esto no es solo para la población LGBTI. Y al final, Karen, las propuestas, aun cuando tengan un matiz, por ejemplo en la Ley de Identidad o en el caso del Matrimonio Igualitario, que podríamos decir “ah, son para personas LGBTI”.
Pero tenemos que entender que si el mayor anhelo de la sociedad salvadoreña es la paz. Que creo que en ello todas y todos estamos de acuerdo. Tenemos que entender cómo alcanzamos la paz. No es porque tenemos una sociedad insegura que necesitamos más seguridad, leyes más fuertes, cámaras, policías y demás. No. El problema de la inseguridad de El Salvador tiene a su base la desigualdad, que es la fuente generadora de las violencias. ¿Cómo combatimos la desigualdad? No la combatimos con fuerza bruta; la combatimos con inclusión. ¿Y por qué estoy diciendo esto? Porque creemos desde mi candidatura que lo que El Salvador necesita es ser una sociedad más inclusiva, para que podamos aspirar a ser una sociedad más justa. Una sociedad que es justa e inclusiva puede tener como un horizonte posible la paz.
Tenemos que entender que la inclusión social es la forma. Y con inclusión social estamos hablando de inclusión económica, política, social y demás. En la medida en la que como país podemos avanzar en inclusión, podemos ser una sociedad más justa, y esto nos va a permitir ser una sociedad más pacífica. Y esto es en beneficio de todas y de todos, no solo de la población LGBTI. Entonces, mi aspiración no es solo llegar a la población LGBTI, que por supuesto que es una población a la que yo muy orgullosamente quiero representar en la Asamblea, para que tengamos representatividad por primera vez en la historia. Pero que también esto es un mensaje mucho más amplio. Porque al final, también las personas LGBTI somos hijos, hermanos, compañeros de trabajo, compañeros de escuela, etcétera. Entonces, crear entornos que son libres de discriminación y violencia, es en beneficio de todas y todos. Mi aspiración es poder llegar también a las personas que entienden que para poder salir adelante como sociedad, para poder aspirar a ese desarrollo social que todas y todos queremos, tenemos que tener el convencimiento de que tenemos que luchar por todos los derechos para todas las personas por igual, porque solo en esa medida vamos a poder tener la sociedad que anhelamos.
Aleja, ¿ustedes son los únicos candidatos de la diversidad sexual en el proceso 2021?
A.M.: Bueno, como FMLN puedo hacer constar que hay 40 compañeras y compañeros, a parte de mi persona, participando en este proceso de las y los 55 que participamos el proceso de elecciones internas. Muchos están participando como candidatos a regidores, tenemos la participación de dos compañeros suplentes abiertamente gays a Parlamento Centroamericano, una compañera a diputada suplente en la Asamblea Legislativa y un compañero que va de candidato a Alcalde por San José Villanueva, que es abiertamente gay. Es decir, hay una amplia gama y variedad de compañeros y compañeras que están participando en este proceso y el tema de que somos parte de la diversidad sexual es simple y sencillamente es una cualidad más. Porque acá en el FMLN tenemos la claridad que es el militante que continúa o asume la tarea para la cual las bases le han elegido, sin importar su orientación sexual, su identidad o expresión de género.
¿En qué es diferente una candidatura de una persona LGBTI en un partido de izquierda, como el FMLN, de una candidatura en un partido de centro como Nuestro Tiempo? ¿En qué son diferentes sus candidaturas entonces?
E.O.: No haría una diferencia tan marcada respecto al tema de diversidad sexual, porque al final, cuando entendemos, por ejemplo, que el no tener representación en los espacios de toma de decisión tienen consecuencias directas, en la actualidad. Por ejemplo, en la actualidad no existe ninguna ley que nos proteja de la discriminación y de las violencias que nosotros y nosotras padecemos. Entonces, ¿en qué estamos luchando ahorita como personas LGBTI? Es en la construcción de mínimos.
En este sentido, todas y todos creo que podemos coincidir en la necesidad de una Ley Especial Contra la Discriminación. Todas y todos podemos coincidir en la necesidad de la implementación de una Ley de Identidad de Género. Sabemos que las necesidades por las que estamos atravesando en la actualidad como personas LGBTI no distinguen colores ni ideologías políticas per sé. Porque de lo que estamos luchando ahorita es por mantenernos vivos y vivas en esta sociedad, que es homofóbica, violenta y machista. En este contexto en particular, mi expectativa personal es la de poder hacer entender a las personas LGBTI que tenemos la oportunidad de, más allá de llevar una candidatura con un nombre y un rostro, de poder llevar la causa hacia adelante, porque esa es la oportunidad que tenemos por primera vez en la historia.
En este momento coyuntural, yo no haría separaciones partidarias, porque creo que no vienen al caso, porque cuando lo que tenemos enfrente es un bloque conservador antiderecho que ha trabajado por tanto tiempo para invisibilizarnos, creo que es momento de una unidad como población LGBTI, y también una unidad de las personas que se consideran aliadas de la inclusión y de la igualdad y de la necesidad de avanzar como sociedad en términos de garantías de derechos para todas las personas. Y ese es este momento.
Aleja, ¿compartís esta visión que plantea Erick Iván, que en un contexto tan conservador y tan ‘antiderechos’, como lo ha dicho, las candidaturas de la población LGBTI comparten estos mínimos, más allá de las diferencias ideológicas entre partidos de izquierda y centro, por ejemplo?
A.M.: Sí, yo creo que es importante que son candidaturas históricas, candidaturas emblemáticas, candidaturas disruptivas de un sistema político tradicional, que sin lugar a dudas siempre ha favorecido a los poderes fácticos, y que siempre ha favorecido a quienes se han visto, digamos en sus privilegios de clase también, beneficiados por la participación política.
Sin embargo creo que hay un par de, no sé si llamarlas diferencias o cualidades entre los partidos políticos. Es decir, la izquierda, en este caso el FMLN, siempre ha tenido la claridad política de que se debe a las luchas sociales. Y, por otro lado también ha sido el instrumento político, histórico que siempre ha respaldado y ha puesto la cara en la Asamblea para defender o presentar iniciativas en favor de la diversidad sexual. Es decir, hay punteos que, de una u otra manera, hacen referencia a que siempre ha sido la izquierda la que ha fortalecido dentro de sus gobiernos o ha formado los mínimos básicos para la construcción de políticas públicas. Evidentemente ha hecho falta. Eso no lo vamos a negar. Pero esa claridad ideológica en la izquierda nos ha permitido tener, dentro de ese horizonte político en común que es la justicia social. Y la justicia social solo la vamos a lograr si avanzamos como sociedad. Y solo avanzamos como sociedad si buscamos si garantizamos los derechos humanos para todos y para todas. Justamente esa es una de las ideas claves dentro de esta candidatura, hablar de la integración Centroamericana, pero más allá de la hermandad de los pueblos, hablar de una verdadera integración, que es la generación de políticas públicas para todos y para todas. Es decir, nadie puede quedar fuera del ejercicio de la función pública ni de sus derechos políticos y sociales.
¿Ustedes dirían que hay conciencia de bloque en el movimiento LGBTI para acompañar y cerrar filas votando por sus candidaturas?
E.O.: Hay que entender cuál ha sido la dinámica político electoral de la población LGBTI. En la medida en que no hemos tenido la posibilidad de tener una representación específicamente como población LGBTI en el pasado. También nos hemos visto como personas LGBTI inmersas en las dinámicas o narrativas nacionales de los partidos y de las candidaturas que nunca han tenido una voz tan clara al respecto de nuestras necesidades. En esa medida la población LGBTI también tiene el reto también de consolidar su voz y su movimiento político como población. Ya no solo las personas que desde el activismo y las organizaciones hemos venido articulando estos temas y estas necesidades desde hace muchos años, sino también lanzarlo hacia el resto de la ciudadanía, el resto de población LGBTI que no está organizada. Entonces, ese es como el escenario con el que partimos.
Esta es la primera vez en la que vamos a poder hacer esta especie de termómetro social para poder identificar si vamos a poder apoyarnos y movilizarnos como bloque. Yo estoy convencido, por ejemplo, que podemos ganar, que hay suficientes personas convencidas de la necesidad de que estos temas avancen. Lo que pasa es que también necesitamos entender de que más allá de las banderas políticas partidarias que están hoy sobre la papeleta, que en el caso de San Salvador van a ser muchas, son muy pocas aquellas que podemos identificar que sí nos pueden representarnos a nosotros y a nosotras. Y que este momento, Nuestro Tiempo, dará ese paso hacia adelante y de decir que tenemos la posibilidad de tener una representación directa. Y esta va a ser la primera vez que lo vamos a poder probar. Yo sí estoy convencido de poder convencer, valga la redundancia, a más personas de esta importancia: identificar cuáles son las prioridades que nos afectan cotidianamente a nosotros y a nosotras y poder votar específicamente para cambiar nuestras propias realidades en los que convivimos como personas LGBTI. Ese es el reto. Creo que va a estar puesto sobre la mesa la posibilidad de saber cómo vamos seguir avanzando en este sentido.
A.M.: Yo pienso que cuando tenés un contacto directo con la base, con la sociedad civil organizada y no organizada, sabes cómo se están moviendo las cosas. Y, definitivamente, hay un amplio respaldo en el caso del tema de diversidad sexual a las candidaturas LGBTI. Independientemente el partido político, creo que el movimiento social está cerrando filas y te lo digo porque he estado en varias reuniones en los últimos días, de personas que no están vinculadas a las organizaciones de sociedad civil y que no se sienten representadas por ellas, sino que simplemente son personas de la diversidad sexual agremiadas porque son emprededores, agremiadas porque son de comercio informal o son empresarios formalmente establecidos y tienen una claridad de que es primera vez, como mencionaba Erick, habrán candidaturas por las que sí se pueden sentir representados y representadas y que le van a apostar a ellas. Yo siempre lo he dicho: “Yo voy a respetar la decisión de la militancia, la decisión de las personas de la ciudadanía en si deciden apoyarnos o no”; pero sí es bien interesante ver en redes sociales el respaldo que están teniendo estas candidaturas porque empiezan a darnos luces de que sí podemos lograrlo. Y, más allá, como mencionaba Erick, estas candidaturas representan la oportunidad que siempre se nos ha negado y es la visibilización, la participación y el poder tomar decisiones en favor de los sectores históricamente excluidos. Al final y al cabo estamos siempre trabajando por los ciudadanos y ciudadanas, con particularidades en específico.
Aleja, ¿por qué el Parlacen y no la Asamblea Legislativa de El Salvador? Es decir, ¿cuánto se puede incidir desde el Parlacen para mejorar las condiciones de vida en El Salvador y en la región de la población LGBTI?
Bueno, yo creo que esta es la pregunta que más me van a hacer siempre en todos los espacios y yo siempre voy a responder con tres cosas. La primera es que cuando decidí participar, quise medir cuánto el FMLN estaba avanzando en el tema de inclusión y en el tema de no discriminación. Y quedar en una quinta posición es el primer ejercicio, el primer ejemplo de cómo realmente hay un compromiso real del FMLN y de la militancia de poder abordar el tema de los derechos humanos.
Segundo, porque esta candidatura tiene que ser histórica y que mejor que permitirle a toda la ciudadanía LGBTI del país que tome la decisión si quiere respaldarla o no y no quedarme solo para un grupo de personas o solo para una circunscripción electoral. Y tercero, porque el Parlacen se considera que no ha hecho nada. Pero, si logramos hacer que con 20 votos de las nuevas y de los antiguos candidatos o diputados que ya están dentro del PARLACEN, hacer una reforma al tratado constitutivo sobre las resoluciones para que sean vinculantes, vamos a poder tener una gran transformación desde el Parlamento Centroamericano. Y esa es una de las apuestas que ya están presentadas en 2020 por los diputados que ya están en el ejercicio de su función y que sin lugar a duda, muchos de los candidatos que vamos nuevos y jóvenes llevamos esa iniciativa o esa firma a la petición ya presentada de reforma al Tratado Constitutivo para que todas las resoluciones sean vinculantes en los Estados que conforman el Parlamento Centroamericano.
E.O.: Principalmente aquellas que tienen que ver con la firma de tratados y convenios en materia de la defensa de los derechos humanos de las personas de sectores históricamente excluidos como las poblaciones LGBTI. O cómo vincular la resolución de la opinión consultiva de la CIDH sobre Matrimonio Igualitario y Ley de Identidad hecha de la CIDH a Costa Rica. Esas son algunas de las cosas que hemos identificado que pueden generar grandes acciones de incidencia desde el Parlamento Centroamericano.
Sabemos que las personas trans enfrentan problemas porque su identidad no coincide con el nombre de sus DUI, y eso limita su derecho al voto. Ya hemos hablado un poco de eso con Aleja. Ante la ausencia de una Ley de Identidad de Género, ¿qué debe hacer el Tribunal Supremo Electoral (TSE) o el Estado Salvadoreño para garantizar este derecho durante las elecciones?
E.O.: La lucha por la Ley de Identidad de Género es algo que no se puede claudicar. En mi caso personal yo quiero introducir un nuevo Anteproyecto de Ley de Identidad de Género, porque creo que tenemos que ceñirnos a la última opinión consultiva que hablaba Alejandra, que es mucho más clara, que da parámetros mucho más específicos de cómo debe de construirse una Ley de Identidad en los países en los que la Corte Interamericana tiene Jurisdicción.
El Tribunal, desde las últimas dos elecciones si mal no me equivoco, gracias a la incidencia como organizaciones, avanzó, por ejemplo, en que existieran procesos de sensibilización para que la no coincidencia de la identidad autopercibida con el documento no fuese un impedimento para votar. Por supuesto que estas siguen siendo deudas pendientes y cuando la ciudadanía dice “es que ustedes siguen teniendo los mismos derechos que todas las personas”. Aquí no hay, en realidad una diferenciación de qué existe una discriminación sistemática. Que es más clara en el personas trans, en la medida en la que el Estado, al negarles un derecho constitucional como es la identidad, les impide también no solo el poder tener el acceso al DUI, sino que desde el inicio esto condiciona todos los entornos de las personas trans para que no puedan completar sus círculos educativos, para que no puedan incorporarse a un circuito laboral. Y esto cuando alcanza la mayoría de edad, les impide poder tener acceso a créditos.
Por supuesto que seguimos teniendo dificultades, por eso la candidatura de Alejandra es importante también para poner y romper estos paradigmas y seguir reflexionando sobre la necesidad de seguir dando esta batalla por la ley de identidad de género en la Asamblea Legislativa. Y por ello es uno de los compromisos que asumo como parte de una propuesta de consenso que surge desde las diferentes organizaciones sociales LGBTI en El Salvador, desde donde hemos construido desde los últimos cinco años una hoja de ruta que nos permite dilucidar cuáles deben ser estas prioridades para las personas LGBTI. Y como he dicho, Ley de Identidad de Género, Ley Especial Contra la Discriminación son parte de las prioridades fundamentales que el movimiento ha identificado y que esta candidatura asume también como prioritarias también para dar esta lucha en la Asamblea Legislativa.
A.M.: Es que sucede que en el TSE ya hay una resolución desde 2012 sobre el voto para las personas trans, entonces quizá lo que hay que hacer es garantizar que los que conforman las Juntas Receptoras de Votos (JRV) no antepongan sus principios religiosos o personales. Se trabajó con el movimiento social para asegurar el voto a las personas trans, aunque su nombre de DUI no corresponda a la identidad de género en ese momento y cada vez que hay un proceso de elecciones en las campañas de comunicación que ellos realizan, ya se toma en cuenta a los diferentes sectores poblacionales. Y también en los instructivos para las JRV ya está eso anunciado. Entonces eso es un punto ganado desde hace años. Entonces lo que hay que hacer es que en la JRV no tomen una decisión personal sino que garanticen lo que se establece en esta resolución.