“Para una pandemia se necesita un hospital subutilizado pero equipado, como el hospital Militar.”
Rolando Cedillos, jefe de infectología del Hospital Nacional Rosales
(Transcripción editada de la entrevista realizada por Karen Fernández transmitida el domingo 28 de junio de 2020)
El Salvador enfrentó una pandemia con un sistema de salud público insuficiente que más tarde que temprano derivaría en un colapso de los hospitales al incrementarse la demanda. Por ello, para Rolando Cedillos, jefe de infectología del hospital Rosales, quien fue parte del personal capacitado para el equipo de respuesta de rápido frente a la pandemia de Influenza H1N1, el Estado debió hacer una verdadera campaña de prevención mientras creaba un sistema real de identificación de casos y se adecuaba un hospital ya existente, pero subutilizado y plenamente equipado, para atender los casos críticos de COVID 19. Para él, el único hospital que cumplía con eso requisitos era el hospital Militar.
Optar por el hospital militar antes que construir uno nuevo era lo lógico frente a la pandemia de COVID 19, porque se necesitaba “incrementar rápidamente la capacidad hospitalaria para atender esa demanda excesiva de hospitalización», sin descuidar la demanda habitual de la red de salud pública.
En medio de esta crisis escuchamos cada vez más que los hospitales están a punto de colapsar o están colapsados, pero, ¿con qué criterios o características se declara el colapso de un hospital?
El más obvio es la falta de camas. En un sistema de salud como el nuestro, en un hospital como el mío, en situaciones normales un paciente puede esperar en la emergencia tres días para encontrar una cama disponible; ante la pandemia que nos afecta en este momento, un sistema de salud con todos los hospitales ya insuficientes para atender una demanda normal, en un país donde no se ha construido un hospital enteramente nuevo en décadas donde, una ciudad como Soyapango que tiene más habitantes que Santa Ana, carece de un hospital apropiado. Ciudades dormitorio populosas de San Salvador, como Apopa, carecen de un hospital de cualquier tipo: el colapso antecede a la pandemia.
La semana pasada conocimos denuncias de personal médico y de enfermería sobre la situación crítica del Hospital Rosales frente al COVID 19. A partir de estas circunstancias, ¿usted diría que el Hospital Rosales ya está colapsado?
No, repito que el Rosales y la mayoría de los hospitales del sistema nacional de salud se mantienen en un estado de saturación de pacientes y en este momento esa situación es más crítica por la necesidad de los pacientes COVID, así es que es un hecho real. Lo cual no significa que las personas no están recibiendo la mejor atención posible, el Rosales ciertamente está acostumbrado a trabajar de esta manera, que no es la ideal, de la mejor manera posible, pero esta situación excede todos los parámetros usuales en todos los establecimientos del sistema de salud pública.
Mencionó hace unos minutos que la falta de camas es un indicador de colapso hospitalario, ¿qué otras características hay que considerar?
Falta de personal, que es una evidencia crónica de los hospitales. El gobierno está viviendo ante la incapacidad de contratar profesionales de la salud para las áreas que pretender que pretende abrir en el hospital del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco).
“sí han habido muchos errores, mucha improvisación que las autoridades de salud, el Presidente de la República, tiene que asumir.”
Rolando Cedillos, jefe de infectología del Hospital Rosales.
En un comunicado que publicaron sus colegas del hospital dicen que se encuentran consternados ante la improvisación y las consecuencias del mal manejo por la pandemia de las autoridades de salud, ¿usted comparte este criterio de que la pandemia se ha manejado de forma improvisada?
Es obvio que las autoridades de salud han cometido errores y ellos tienen que asumirlo, todos hemos constatado los errores en el manejo de los albergues, todos hemos podido constatar la insuficiente preparación para encarar esta pandemia, todos hemos visto lo inadecuado de pretender construir un hospital donde nunca existió uno, no de fortalecer los hospitales ya existentes. Entonces, sí han habido muchos errores, mucha improvisación que las autoridades de salud, el Presidente de la República, tiene que asumir.
¿Por qué le parece inadecuado empezar la construcción de cero de un hospital en medio de la pandemia?
Bueno, porque se necesita incrementar rápidamente la capacidad hospitalaria es más fácil adecuar uno ya construido, ya existente, para atender esa demanda excesiva de hospitalización, que construir enteramente una planta física completa.
En el Hospital Rosales, ¿tienen disponibilidad de pruebas para cubrir la demanda de personas que consultan?
Nosotros estamos sujetos a las indicaciones del Ministerio de Salud (Minsal). En un determinado momento el ministro reconoció que el laboratorio del Minsal ya no iba a hacer más de 200 pruebas diarias para todo el país y pues obviamente nosotros caemos dentro de esa limitación en cuanto a pruebas diagnósticas.
Pero si hay poca disponibilidad de pruebas y muchas personas consultando por COVID, ¿cómo afecta esto a la atención a los pacientes?
La falta de pruebas no van a afectar a los pacientes severamente enfermos. Si se necesitan pruebas es para encontrar a las personas infectadas, para aislarlas y evitar que transmitan la enfermedad a los demás, para tratarlo si fuera necesario, cosa que afortunadamente no va a ser necesario en todos los casos; para buscar a los contactos, para encontrarlo y para controlar los brotes sucesivos que va a tener inevitablemente cuando se enfrenta a un virus nuevo, para eso se necesitan las pruebas.
Para el manejo clínico de los pacientes no son tan necesarias, el único tratamiento conocido también es bastante obvio en este momento: es simplemente darle soporte a las personas para que lo resistan el COVID 19, que no tiene un tratamiento eficaz y seguro comprobado todavía, es el cuerpo el que tiene que salvar a las personas y la atención consiste en proporcionarle todo ese soporte a las personas y eso no requiere ni siquiera una prueba positiva para hacerlo, se necesitan las pruebas para lo demás.
Puede ser igual o más importante porque estamos hablando de decenas de casos que se pueden volver cientos de casos y parte fundamental del control de la epidemia es el testeo, encontrar a los infectados, aislarlos para impedir que infecten a los demás, tratar a las personas que tienen tratamiento, pero desde un principio era obvio que realizar pruebas no iba a ser la forma en que un país que no las produce iba a poder salir adelante en esta epidemia.
Tenemos esta realidad: poca disponibilidad de pruebas y hospitales llenos, ¿los datos del gobierno entonces no coinciden con los que usted ve en el Hospitales Rosales?
Ningún país, ni siquiera los países desarrollados pretenden identificar mediante pruebas a las personas infectadas, no es posible y, afortunadamente, no es necesario. Ciertamente no es necesario para el manejo clínico de los pacientes, pero sí para el trabajo de control que eso es lo que autoridades de salud tienen que hacer fuera de los hospitales, es obvio que otro de los errores de las autoridades ha sido no ser transparentes con las cifras. La credibilidad de las autoridades de salud en los hospitales es nula, porque no se nos ha dado información o se da información errónea como a la población y eso ha sido uno de los mayores errores en el manejo de esta epidemia.
En cualquier epidemia la labor de un gobierno es de decirle a la gente exactamente lo que está pasando, el segundo deber es decirle a la gente exactamente lo que el gobierno está haciendo y en tercer lugar el gobierno tiene la obligación de decirle a la población qué espera el gobierno que la población haga exactamente y en esos tres importantes mensajes no ha habido claridad, competencia y estamos pagando las consecuencias de ello.
¿Cuál es la situación de camas en el Hospital Rosales?
Históricamente insuficiente, ahora con más razón, lamentamos realmente los que trabajamos ahí que se hayan tomado recursos médicos, enfermeras del hospital para llevarlos al hospital San Rafael, se pide una lista de empleados, de trabajadores de salud del hospital que sobre nuestro hospital y su funcionamiento, tiene la amenaza que se lleven los recursos que ya son insuficientes, hablando de recursos humanos para equipar las áreas de atención de Cifco, esa no es la manera en que se deben hacer las cosas y las autoridades del Minsal deben admitir eso.
“Por demasiado tiempo en este país no se han ganado ni perdido elecciones por lo que se hace o se deja de hacer en salud y ahora el COVID 19 nos está cobrando ese descuido.”
Rolando Cedillos, jefe de infectología del Hospital Rosales.
A partir de lo que estaba mencionando y para que quede claro, ¿el Minsal ha movido a personal del Rosales al hospital San Rafael? ¿Y pretenden trasladar personal del Rosales al Hospital de Cifco?
Qué otra cosa necesitaría listas de los trabajadores de salud, desgraciadamente eso es más de lo mismo de siempre, los gobiernos hacen en salud desvestir santos, como dice la población, para vestir otros, esa no es la solución. Abrir un hueco para cerrar otro hueco, esa no es la solución. Por demasiado tiempo en este país no se han ganado ni perdido elecciones por lo que se hace o se deja de hacer en salud y ahora el COVID 19 nos está cobrando ese descuido.
Hablemos de la situación de la UCI del Rosales, ¿cuántas unidades disponen y cómo se ha organizado el personal para tratar a los pacientes críticos por COVID?
El Hospital Rosales cuenta con 24 camas de cuidados intensivos para el área de medicina y 8 camas para los cuidados intensivos del área de cirugía un total de 32 camas de cuidados intensivos. Ya insuficientes en tiempos normales.
Para esta emergencia hemos habilitado una sección del hospital que funciona casi de manera independiente del resto del hospital porque obviamente el Rosales para los que no lo saben es el hospital del cáncer en El Salvador, atiende gran parte de la demanda de enfermedad renal crónica y de otra enfermedades de complejidad que únicamente el Rosales puede ofrecer en el sistema de salud, dado que es el único hospital de ese nivel con todas las especialidades en todo el país y el cáncer no se detiene por el COVID 19, la enfermedad renal no se detiene, el dengue no se va a detener por el COVID 19 y así otras enfermedades.
El hospital tiene que atender cotidianamente esa demanda usual con camas insuficientes para cuidados intensivos, en esta área que llamamos el Hospital Blanco se ha habilitado un espacio que podría albergar alrededor de 60 camas y hago énfasis en lo de espacio porque obviamente las camas de cuidados intensivos toman más espacio que las camas normales y, donde ya están funcionando 21 camas de cuidados intensivos exclusivamente para el COVID y alrededor de 25 camas de cuidados intermedios también exclusivamente para pacientes COVID 19. El Rosales ha logrado habilitar para contribuir en el esfuerzo contra el COVID 19.
La fase 1 de Cifco tiene 400 camas, 105 camas de cuidados intensivos y 295 camas de cuidados intermedios, según lo que han presentado el presidente de la República, pero también ya sabemos que estas camas se habilitarán gradualmente, ¿la apertura del nuevo hospital podría desahogar y aliviar la situación crítica del Rosales?
Eso es lo que se pretende, pero de que eso vaya a suceder está por verse, ciertamente en el Rosales tenemos que seguir atendiendo la demanda de atención hospitalaria de tercer nivel, lo usual en el país y sería importante que todos supiéramos, por qué yo no conozco esas áreas. No he visto las 400 camas, pocas personas las han visto, los medios obviamente tampoco fueron invitados a conocer esas áreas, entonces es natural que todos tengamos dudas de que las intenciones se vuelvan realidades y este país ya no está para intenciones, necesita realidades.
¿Les han explicado cómo van a funcionar los protocolos del traslado de pacientes del Hospital Rosales al nuevo hospital El Salvador?
No, todo eso es de las cosas que tendrán que definirse de mejor manera en los próximos días para que eso pueda terminar en algún beneficio, tanto para los pacientes con COVID 19 que tienen que ser trasladados a un lugar que tenga todas las posibilidades de sacarlos adelante. Haber habilitado el hospital San Rafael como un hospital COVID para pacientes realmente enfermos fue uno de los errores originales de las medidas que tomó el Minsal. El San Rafael carece de la especialidad de nefrología, carece del equipo que se necesita para sustitución renal en los pacientes que, desafortunadamente, para una tercera parte de los pacientes que necesiten ventilación asistida por el COVID 19 , pueden requerir sustitución renal, eso no lo puede hacer en un hospital donde nunca se han puesto hemodiálisis, no hay especialista y no hay equipo, sería desastroso que Cifco empezará a funcionar y no se tomaran esas previsiones ya con las lecciones aprendidas de tener un coloso con los pies de barro como en el San Rafael.
Desde su punto de vista, ¿qué hospitales de la red pública sí cumplían con las características para ser declarados hospitales COVID?, ¿el Rosales cumplía con esas características?
No, precisamente porque tiene que aprender la demanda usual. Yo lo hice ver porque fui parte del equipo de respuesta rápida nacional frente a la influenza H1N1 en el 2009 y gracias al Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos estábamos mejor preparados para esa pandemia que afortunadamente resultó no ser, en un principio no se sabía tan devastadora como el COVID 19 y una de las lecciones que aprendimos es la importancia de la preparación y de tener claro los hospitales más apropiados para la atención. Porque las necesidades de salud del país, cuando solo se tiene un hospital de tercer nivel, como el Rosales, para todas las enfermedades graves, renales, cardiovasculares, cáncer, no puede perder el único hospital que tiene para estas enfermedades, entonces se aprendió en el 2009 que se necesita idealmente un hospital subutilizado pero, al mismo tiempo debe ser un hospital plenamente equipado,
¿Por qué necesita un hospital subutilizado? Porque el sistema de salud va a tener que soportar todo lo demás, el Rosales tiene que seguir haciendo lo propio. En mi opinión, el único hospital que podría reunir esos requisitos en el comienzo de la epidemia era el hospital Militar: un hospital subutilizado porque es un edificio de seis pisos que fue construido para un ejército de 100 mil hombres y la Fuerza Armada en este momento anda un poco más de 20 mil hombres. Todos los que conocemos el hospital sabemos que la infraestructura física está subutilizado y sin embargo fue preparado como un hospital de guerra que está plenamente equipado, tiene Cuidados Intensivos, especialidades complejas, costosas, muy especializadas como nefrología, por lo tanto podría haber sido inicialmente mejor hospital para dar respuesta a estas necesidades de atención. Las necesidades de atención a la población militar perfectamente pudieron haber sido atendidas a través de la red de hospitales del Seguro Social e inclusive por el Ministerio de Salud, pero en algún momento sí esa discusión se tuvo, lo desconozco porque yo no he participado en esta ocasión, de la manera en que sí me tocó participar en el 2009 para la pandemia de influenza H1N1.
Se reportaron tres médicos del Rosales en UCI por COVID y una veintena de médicos y enfermeras y enfermeros infectados y aislados, ¿qué ha fallado en los protocolos para evitar estos contagios?
Aún sin contar toda la información epidemiológica evidente, que es una de las cosas para las cuales se necesita miles de personas dedicadas solo a eso, entrenadas y capacitadas, para la búsqueda de los contactos, para determinar la forma de transmisión, el origen de los brotes,; cosa que no ha existido en este país. Además de eso se debe tener otra cosas que poco o nada se ha hablado, una red de voluntarios con medios de transporte y apoyo para que tienen que hacer ese trabajo que es a pie, de todo eso hemos carecido pero, aún sin tener toda la información que deberíamos disponer para determinar de qué manera se están infectando todas las personas, no solo los trabajadores de salud.
Para mí es evidente que hasta los trabajadores de salud se han infectado en su comunidad y en su entorno familiar, porque ese es el caos y ha sido el caso en todas partes, en Italia en España, cuando tiene transmisión sostenida, como la que tenemos ya acá: la mayor parte de la transmisión no ocurre en los hospitales eso es los que ha sucedido, está sucediendo y seguirá sucediendo porque desgraciadamente no ha habido mensajes claros, no ha habido mensajes competentes, coherentes de cómo hacerle frente a esto y se puede ver que la distancia es lo que más protege del COVID 19 seguido del lavado de manos y luego viene la mascarilla.
Pero qué se hizo en este país, las mascarillas quirúrgicas se acabaron en febrero, todos lo presenciamos, no se tomó ninguna medida para controlar ese desabastecimiento para los trabajadores de salud, Desde febrero tuvimos grandes limitaciones para conseguir equipo, luego tenemos una población que tampoco está haciendo lo adecuado en cuanto al lavado de manos, algunos se las están lavando un poco más, dos veces en lugar de una y eso tampoco es suficiente. Lo que más protege del COVID es la distancia, y no se le ha explicado a la población, la importancia de mantener dos metros de personas que podrían estar infectadas. Si se escuchan las cuñas y es, los mensajes están mezclados, no hay ningún énfasis, ni priorización y lo peor del momento actual es que la población no está preparada para la etapa en la que estamos que es en la que la mayor parte de nosotros nos tenemos que quedar con el COVID 19 y lo podemos hacer afortunadamente porque el 80% de los que se infecten, afortunadamente lo van a padecer con síntomas leves, lo van a tener que pasar en su casa, pero la población no ha sido preparada para eso y eso también crea una demanda en los hospitales que tampoco se puede tener.
Los médicos del hospital han pedido al gobierno que se integre una mesa técnica para discutir la situación del Rosales, ¿han recibido respuesta?
Lo desconozco, yo soy miembro del sindicato del hospital Rosales y no comparto pronunciamientos que colegas han estado haciendo. De hecho, la mayoría de los miembros del sindicato no compartimos todos los señalamientos que se han hecho en nombre del sindicato del Hospital, pero es obvio que necesitamos un diálogo honesto, abierto, constante con las autoridades de salud, bidireccional, que no ha existido y que esperemos de que, aunque ya es tarde, todavía estemos a tiempo.