Candidatos no partidarios con poca probabilidad de ganar un escaño en la Asamblea
Para las elecciones del 28 de febrero hay dos candidatos no partidarios en busca de una curul para la próxima legislatura. Para lograrlo, ellos deben obtener entre 12 mil y 16 mil votos, dependiendo del departamento por el que corren, algo que, dado los antecedentes, parece difícil de alcanzar.
Al inicio de las inscripciones de esta elección legislativa, 61 personas mostraron su interés de participar como candidatos no partidarios, pero solo Leonardo Bonilla, quien busca su reelección en San Salvador, y Jesús Segovia, en La Paz, cumplieron con todos los requisitos legales, la principal piedra en el camino de los no partidarios.
Si superar la inscripción ya era visto como una victoria, la verdadera prueba de fuego será vencer a los partidos políticos, sin recursos económicos ni sus aparatos logísticos para asegurar un escaño por cociente.
Según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), San Salvador tiene un padrón electoral de 621,487 votantes. Si el día de la elección vota un 50%, que es el máximo de participación que algunos analistas estiman, Bonilla necesitaría 12,947 votos para hacerse de una curul por cociente.
En el mismo ejercicio hipotético para las elecciones de este año, en La Paz, con 130,682 votantes y esperando una participación del 50 %, Segovia necesitaría 16,335 votos para entrar como diputado por cociente. Segovia asegura que uno de los mayores retos que asumió con su candidatura fue romper con la tradición partidista de su departamento. Según él, nadie esperaba una candidatura no partidaria y, para combatirlo, se dedicó a la visita casa por casa para darse a conocer.
Residuos, un beneficio para la minoría partidaria
El sistema de elección de diputados utilizado en el país -el llamado sistema “de cocientes y residuos”- busca premiar a minorías por encima de mayorías políticas para garantizar la pluralidad; sin embargo, en la práctica, este beneficia a las minorías partidarias, en las que se suman todos los votos obtenidos por todos sus candidatos, lo que representa otra ventaja partidista sobre las candidaturas no partidarias.
El Salvador solo ha tenido un diputado no partidario electo en su historia: Bonilla, quien entró a la Asamblea por residuo por un mandato de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que ordenó integrar a todos los candidatos no partidarios como una sola planilla, como si se tratara de un solo partido político, obteniendo 14,545 votos en San Salvador, donde participaban cuatro candidatos no partidarios.
“Hoy, como solo va uno, no tienen oportunidad”, afirmó Malcolm Cartagena, analista electoral, al recordar el caso de Bonilla en 2018.
Según los datos públicos del TSE, si los votos por candidaturas no partidarias se hubieran mantenido de manera individual, el escaño hubiese sido para el Partido Social Demócrata (PSD) con 7,298 votos.
Esto cambió el 10 de abril de 2019, cuando la Asamblea aprobó cinco reformas al Código Electoral y una de ellas fue la prohibición expresa de la suma de votos entre candidatos no partidarios.
El camino legal cuesta arriba
Otro de los impedimentos para la inscripción de más candidatos no partidarios es la reforma de abril pasado, que prohibió que un ciudadano firme para apoyar a más de un candidato no partidario, a pesar de que sí puede firmar para respaldar la creación de más de un partido político.
Según el diputado Bonilla, las candidaturas no partidarias fueron reguladas haciendo más difícil su participación. “Ahora, en el proceso en que más aspirantes presentaron su solicitud, es en el que menos aspirantes se terminaron inscribiendo”, dijo.
Según las disposiciones especiales para candidaturas no partidarias del Código Electoral, cada participante debe conseguir una cantidad de respaldos según el departamento al que pertenece. En el caso de San Salvador, son 12 mil firmas.
La misma ley exige a los candidatos no partidarios a repetir la recolección en cada elección. Para Bonilla esto es un obstáculo más: “por ejemplo, a pesar de que ya soy diputado, tuve que volver a recoger firmas”.
A diferencia de los candidatos no partidarios, los partidos no deben recoger firmas una vez su instituto político ha sido inscrito, a menos que no consigan los votos necesarios para seguir vigentes y deban volver a constituirse como tal.
Incluso si estas reformas no se hubieran aprobado, con las candidaturas no partidarias únicas en San Salvador y La Paz, su lucha será en solitario.
Ruth López, abogada especialista en temas electorales, cree que las candidaturas no partidarias no tendrán espacio en la Asamblea Legislativa 2021-2024 porque “ellos deberían tener una cantidad de votos suficiente para sobrepasar a los partidos políticos, que llevan 24 candidaturas en el caso de San Salvador y cuatro en el caso de La Paz”. Es decir, el sistema de residuos podría ya no servirles como arma a su favor.
El panorama de las últimas encuestas que fueron publicadas posicionó al partido Nuevas Ideas con 16 de los 24 escaños que corresponden a San Salvador, esto con base en una simulación de votos en los cuatro departamentos con mayor cantidad de votantes realizado por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Según estos resultados, en la simulación de voto en San Salvador no hay un aparente espacio para que Bonilla consiga su reelección como diputado no partidario.