Las elecciones legislativas, para el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y alcaldías municipales dejaron a Nuevas Ideas, el partido del presidente Nayib Bukele, como el gran ganador, obteniendo la mayor cantidad de diputados en la Asamblea y en el Parlacen; así como la mayoría de las alcaldías del país, en una campaña electoral dominada por el rostro de los candidatos, el peso político de Bukele respaldando a las planillas de Nuevas Ideas y la falta de propuestas.
El proceso electoral se complicó a pocos días de su realización por los ataques que sufrió el arbitro electoral, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por parte del Ejecutivo y Nuevas Ideas, quienes aseguraron que el sistema de conteo de votos con tecnología no funcionaría, que el Tribunal no tenía capacidad ni legitimidad para llevar a cabo los comicios y adelantaban que se estaba fraguando un fraude electoral. Desde la oposición política al presidente Nayib Bukele, se intentó respaldar al TSE y mostraron preocupación por el papel que jugaría la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército durante los comicios, lo que terminó polarizando más las elecciones, entre dimes y diretes, que convirtió la campaña electoral en una polarización entre los nuevos políticos, representados exclusivamente por Nuevas Ideas, y los viejos políticos, enfocados mucho en el FMLN, Arena y el PDC, por la figura de su secretario general Rodolfo Parker Soto.
A pesar de sortear las acusaciones a priori, el TSE, por cambios de última hora en las planillas de vigilantes y miembros de Juntas Receptoras de Votos de diferentes partidos, no logró entregar en tiempo las credenciales de muchas personas que participarían en los centros de votación, lo que hizo que muchos centros no abrieran a las 7:00 de la mañana, generando algunos conatos de violencia, en los que participaron incluso algunos funcionarios del Ejecutivo, como Osiris Luna Meza, viceministro de Seguridad, en Guaymango, Ahuachapán. La apertura de centros de votación se logró en su totalidad con retrasos de entre 30 minutos y dos horas.
Las dudas alrededor de la posible injerencia del Ejecutivo, a través de la PNC y el Ejército, quedaron saldadas con el papel neutral que ambas instituciones asumieron. Incluso, el Viceministerio de Transporte (VMT) dispuso de sus gestores de tráfico para regular problemas de tráfico y parqueo en diferentes centros de votación.
La calma en la que se realizó la votación solo fue interrumpida por el mismo presidente Bukele, quien realizó una conferencia de prensa minutos antes de votar junto Gabriela de Bukele, la primera dama. La conferencia, que fue una cadena nacional, rompió con el silencio electoral de la jornada. El mandatario llamó a aprovechar las últimas horas del proceso para poner en marcha lo que llamó la “Operación remate”.
El punto negro de la elección fue compartido por el Ejecutivo y el mismo TSE, cuando ya empezaba el conteo de votos en otras partes del país, en el Centro Escolar Santa Marta II, donde centenares de personas se quedaron sin votar por que las JRV se quedaron sin tinta indeleble y el Tribunal no pudo solventarlo hasta después de la hora del cierre de la votación. A la zona, llegó el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, quien organizó el ingreso de los votantes mientras afuera, desde horas antes, habían cientos de militantes de Nuevas Ideas, quienes exigían la reapertura del centro, lo que autorizó el TSE hasta las 9:00 p.m.