“Por la estupidez ideológica, la gente sigue muriendo”

Juan Pablo Álvarez, alcalde municipal de Soyapango

Juan Pablo Álvarez, muestra el plan realizado conjuntamente con la comisión municipal de Protección Civil y unidades de salud del municipio. / Fotografía: Cortesía.

Juan Pablo Álvarez, alcalde de Soyapango, se ha convertido durante los últimos días en el principal impulsor de una estrategia municipal para enfrentar la pandemia de COVID-19, un plan que se critica desde el Ejecutivo, pero que está dando resultados en base a estadísticas, según el funcionario.

Y con esos números empieza esta entrevista. Menciona que la alcaldía que dirige emitió 408 partidas de defunción solo en junio, de las cuales 257 contienen datos de personas que murieron por coronavirus o por sospecha de tener la enfermedad. Eso representa un incremento del 300 % de mortalidad en el municipio, pues en junio de 2019 solo emitieron 90 actas.

Su idea para detener el avance de la enfermedad es “salir al territorio” y cazar al virus. Incluso piensa en cerrar las colonias que más casos presentan. De eso y más habla en esta plática con Focos.

Usted presentó este el  8 de julio, ante la Asamblea Legislativa, una iniciativa de estado de excepción focalizado, ¿en qué consiste la petición exactamente y por qué la está solicitando?

Estamos pidiendo un estado de excepción focalizado ya que no vemos un interés real, ni del Órgano Legislativo ni del Ejecutivo en ponerse de acuerdo para tratar este la pandemia. Yo quizás solo soy, como decía Juan Bautista, una voz que clama en el desierto. Cuando yo empiezo a ver con nombre y apellido los muertos diarios y veo que esta lista cada vez se va haciendo más larga me pongo a pensar en lo que podemos hacer para ayudar. La situación es tal que en el parqueo de la alcaldía pusimos un toldo porque había una aglomeración de gente que viene al registro familiar a pedir actas de defunción. La primera vez que los vi me asusté y pregunté a qué venía toda esa gente y me respondieron que a inscribir muertos.

Producto de eso y de un plan que hicimos con el Ministerio de Salud (Minsal) aquí en Soyapango, directamente con la Unidad de Salud de la colonia Guadalupe, es que surgió esta iniciativa. Créame, me ha tocado empezar a llevar estadísticas sobre los muertos. El plan me pide eso y empecé a ver que en marzo tuvimos 88 muertos en el municipio; en abril, 96; en mayo, 133; y en junio subimos a 408 muertos, es decir que, del promedio normal que traíamos sin pandemia, hemos crecido el 300% de mortalidad. De los 408 muertos, 257 fueron reportados con protocolo COVID-19, ya sea porque traían prueba positiva o porque los reportan como neumonía atípica, lo cual quiere decir que con seguridad tenían coronavirus.

Pero, específicamente, ¿cómo llegan a la conclusión que el estado de excepción en ciertas colonias del municipio es la mejor manera de combatir la epidemia?

Viendo los números de julio pareciera que podríamos cerrar el mes con 800 muertos. Entonces dije, cómo no me voy a pronunciar si estoy viendo morir a mi pueblo, a mis vecinos. Ahorita en Soyapango hay colonias donde todo mundo ya tiene al menos un fallecido por COVID-19, Cuando íbamos por 150 casos y San Salvador iba por 185 nos reunimos como Comisión Municipal de Protección Civil, junto con los directores de las Unidades de Salud del municipio, y analizamos lo que podíamos hacer.

Los directores dijeron que necesitaban ayuda y me preguntaron “¿cree usted que puede quitarle el amor a unos 100 mil dólares?”, les dije que sí y con eso armamos un proyecto, un plan. Pero el plan no es un invento mío, ellos me trajeron un plan que incluso tiene el logo del gobierno actual, es decir, lo hizo gente del gobierno, lo hicieron los doctores y lo tenían ellos. A eso yo le sumé la asistencia del Colegio Médico, para que también lo evaluaran y me dijeron: “alcalde, eso es lo que tenés que hacer. ¡Empezá ya!”.

Juan Pablo Álvarez, alcalde de Soyapango, habla plan en mano de cómo hacer cercos epidemiológicos con el apoyo de las municipalidades / Fotografía: Cortesía

Entonces publicamos en redes sociales que buscábamos 30 enfermeros y enfermeras de Soyapango y en tres días los contratamos. Luego vinieron a capacitarlos, compramos trajes, guantes, mascarillas, caretas y todo. Después hicimos la primera prueba en la colonia Las Margaritas. Los médicos nos dijeron que el peor síntoma de un ser humano ante una infección es la fiebre y teníamos que buscar fiebres arriba de los 38°. Una vez encontramos al febril llenamos un formulario donde van los nombres, DUI, dirección, números de teléfono y todo lo que ellos llaman “vigilancia epidemiológica”.

En pocas palabras, nuestros enfermeros, nuestro equipo, anda ayudándoles a los médicos del Minsal con trabajo de vigilancia epidemiológica, mientras que el gobierno solo está pensando en la última fase, que es cuando el enfermo llega a buscar asistencia al hospital. Cuando encontramos a los sospechosos pasamos esos registros a las Unidades de Salud y ellos se comprometen a visitar en menos de 48 horas a esta persona, llevarle medicinas o remitirlo al hospital si es necesario.

¿Entonces usted considera que el plan está dando buenos resultados?

Una vez empezamos con el plan dije “está vergón, yo lo hallo, usted los cura”, y a estas alturas llevamos más de 1,350 febriles encontrados, además que hemos encontrado otro fenómeno, y es que no solo el COVID-19 está matando a nuestra gente. Hemos encontrado que la hipertensión, la diabetes y la insuficiencia renal están ahorita en plena cacería de gente. ¿A qué se debe esto? A que mucha gente ya no puede ir por sus medicamentos a los hospitales y eso es como si hoy les hubiesen dado en la nuca a todos, están cayendo como pájaros. ¿Qué revela esto? Que producto de esta situación no se está atendiendo muy bien el cuadro de salud general, nos hemos perdido.

Con el plan que estamos impulsando en el municipio, aunque parezca insignificante, estamos llevando acetaminofén, loratadina, ibuprofeno y azitromicina a las casas. Aunque la indicación principal sigue siendo la misma: quédese en casa y si sale tenga cuidado con no acercarse a sus familiares, sobre todo si tienen enfermedades crónicas.

Quiero insistir con mi primera pregunta porque aún no me queda claro cómo nace la propuesta del estado de excepción en medio de este plan…

Ahora, ¿cuál es el tema con estos benditos estados de excepción? Comento lo que a mí me explican, porque yo no soy doctor, pero trabajando con estos médicos públicos, y con los del Colegio Médico he logrado comprender muchas cosas. Los doctores me dijeron, “¿mirá por qué crees que China, cuando empezó esta cosa, lo primero que hizo fue cerrar Wuhan? Porque a eso se le llama un brote infeccioso”. Entonces lo primero que se hace es cerrar y crear un cerco epidemiológico. Y eso está en el reglamento internacional de salud, que ni sabía yo que existía esa cosa. Entonces, hay protocolos, se cierra y cuando se cierra, se llama cerco epidemiológico.

Ahora, no puedo coartar la movilidad a alguien en las colonias Las Margaritas o en la colonia Sierra Morena si yo solo soy alcalde, obviamente no tengo esa potestad. Si lo hago por mi cuenta me putean, tengo que tener la autoridad. No nos interesa quitarle autoridad al Minsal, pero si nosotros tenemos los datos y sabemos dónde está más yuca, dónde están los brotes, entonces podemos hacerlo mejor. Hay lugares donde en realidad es un atentado que los ciudadanos de Soyapango vayan a trabajar a Santa Tecla, porque  lo único que hacen es llevar el virus a otro lado. Imagínese que alguien de Soyapango va hasta La Laguna, en Chalatenango, a visitar a su familia. Allá solo hay un caso y solo a enfermarlos llega.

Para detener a este sujeto necesitamos un estado de excepción y no lo necesito yo, lo necesita el Ministerio de Salud que es el que ha hecho el plan. Ya lo dije, yo simple y sencillamente soy una voz que clama en el desierto, porque aunque no es mi competencia, pero por ser el alcalde soy el representante legal de este territorio, hasta cierto punto respondo por todo lo que pasa aquí y es mi obligación trasladar a donde corresponden los problemas. Si ellos no arreglan los problemas, por el amor de Dios, ¿y entonces quién los va a hacer?

¿Por qué no le digo “cierren todo Soyapango”?  Las cuarentenas, en este caso, los cercos epidemiológicos, son caros, porque usted suspende toda la actividad económica, nosotros planteamos focalizados porque primero nos interesa que, el Ministerio mande recursos, debe de contratar más personal, en este caso particular, como se ha hecho en Soyapango. Los alcaldes les estamos diciendo al gobierno “si usted no tiene dinero porque la Asamblea no le aprueba préstamos, entonces ahorita yo le puedo ayudar. Pero qué necesita, trabajemos en equipo, hagan un plan, en qué le ayudo”. Porque yo no soy el que dirige esto, lo dirigen ellos.

Me llama la atención que usted dice que el plan con el que trabajan tiene el logo del Ministerio de Salud y fue hecho por doctores del Ministerio de Salud, entonces, ¿por qué no se estaba aplicando antes?

No lo sé. Si todos anduviéramos haciendo esto, lo digo porque aquí lo probamos, entonces la curva de casos bajaría. Al ritmo que íbamos, a esta altura tendríamos que tener 1,200 casos y con el plan no los tenemos, ¿qué fue lo que hizo contener la curva? Fue el plan, lo hemos ido verificando porque hemos visto que han bajado los casos. A mí no me pueden mentir que solo cinco personas murieron en Soyapango, porque yo aquí tengo los listados por meses y estoy viendo sus nombres, sus datos. Todo es real y vemos que se están muriendo, entonces significa que allí no están arreglando las cosas y obviamente como funcionario mi obligación es consultar, aprender rápido sobre estas cosas y tomar decisiones.

Desde el momento que yo hice público esto se ha vuelto un tema político y empiezan como si fueran bichos “escoleros” (sic) que aventaban piedras en el centro. Y mientras ellos se tiran el listado de los muertos sigue creciendo, es decir que en esa estupidez ideológica que se ponen, la gente sigue muriendo. Con el estado de excepción municipal yo no estoy diciendo que le den al alcalde las potestades, se las van a dar al presidente para que él delegue al Minsal y a sus doctores en cada municipio. Por eso nosotros hemos pedido una reunión con el presidente Nayib Bukele para dejarle la solicitud formal que necesitamos un estado de excepción, le vamos a llevar un informe de lo que está sucediendo aquí en base a datos y le vamos a exigir y a solicitar que refuerce a sus ministerios.

¿Cuál es la diferencia entre los cercos que usted propone y los que impuso el gobierno central en municipios como el Puerto de La Libertad y Metapán?

Esos fueron cercos militares, no epidemiológicos.

¿Entonces usted cree que esto se está volviendo político y no un tema de salud?

Por eso yo les digo que dejen el circo, porque es un circo electoral barato el que tienen que está costando muertos. He encontrado que los cercos existen desde 1960 y algo, hay literatura de cómo funcionan las epidemias y obviamente cuando ya se hace más grande es una pandemia, que no es muy común, es decir no hay nada que inventar. Esos bolados que hemos visto es solo la primera parte, lo que siempre vemos en las películas, donde vemos que va el camión de soldados, se ponen y todos bravos. Pero la segunda parte de la película no la hemos visto, que es cuando inmediatamente se toman las vías y los accesos de un territorio donde se va a aplicar un cerco epidemiológico, aparece un contingente de gente como si van para la luna, pero vergo de gente, que van a buscar a los contaminados (sic) y los tratan en el lugar. Ahora, lástima que esta politiquería electorera, porque estamos en año preelectoral, daña el trabajo interinstitucional, porque esto es trabajo en equipo que es lo que hemos notado con los doctores aquí.

Metapán sí se pareció mucho a un cerco epidemiológico, la autoridad cerró los caminos, cerró el municipio e inmediatamente llegó una cantidad de ambulancias con personal médico porque le actor número uno en los centro epidemiológicos no son los soldados, ni los policías, ellos llegaron a contaminarse, ellos se volvieron un foco de contaminación y han puesto víctimas, porque ni tan siquiera esos cercos se trataron como dijeron tratarse. Al final qué sucede, y no me está preguntando porque esto podemos decir que es hasta confidencial, pero hubo un rato en la subdelegación de la PNC de Soyapango donde solo quedaron dos policías en la subdelegación de Soyapango, los que cuidaban la puerta, porque todos los demás dieron positivo a coronavirus.

Aquí en Soyapango hay 10 colonias donde los brotes están horribles, entonces es más fácil cerrar una colonia que cerrar todo un municipio, y es más fácil cerrar un municipio, que cerrar un país, porque no es solo de policías y soldados, es de todo el contingente de salud haciendo medicina comunitaria. Significa encontrar al enfermo, atenderlo y vigilarlo porque este virus es tan terrible que en cuatro días puede transformarse de sintomatología a una neumonía mortal. Y qué sucede después, que en ocho o nueve días ese paciente llegará a cuidados intensivos y va a suceder que hay una larga fila de gente esperando que se muera el que está entubado para encamar al que sigue y la cantidad de muertos va a ser terrible, porque no se atiende la primera línea, la verdadera primera línea, que es el territorio. Es como una guerra, hay que ir a buscar al enemigo, neutralizarlo y observar.

A mediados de mayo ustedes, como alcaldes, se reunieron con el presidente Nayib Bukele. ¿En esa reunión no hablaron de este tema? ¿No lo propusieron?

No.

¿Y han existido más reuniones después de eso para plantearle esta opción?

No. Al menos, conmigo no. Nosotros en esa reunión llegamos a una serie de acuerdos, con el presidente. Uno, que Soyapango necesitaba comida y yo le agradezco porque nos ha dado comida con las bolsas de víveres que envío. Obviamente no es fácil darnos a todos, pero nos ha dado algo y yo se lo agradezco.

El segundo acuerdo fue que cuando se aprobaran los $389 millones para las municipalidades, que es lo que nos pidió que nosotros cabildeáramos con nuestros diputados, inmediatamente iban a realizar el traslado a nuestras cuentas y así fue A nosotros nos depositaron ya casi $1 millón. Hubo un tercer acuerdo, que fue crear una comisión de alto nivel de alcaldes con el secretario privado de la presidencia (Ernesto Castro). Ahí fue cuando me perdí, porque creo que no se formó nunca la comisión. La idea era seguirle dando seguimiento a este y otros problemas en los que necesitamos estar cerca, pero no se pudo.

Recuerdo que yo pedí al partido (Arena) una reunión, porque nosotros como partido tenemos un concejo de alcalde y tenemos varias cabeceras departamentales que están contaminadas y les expuse el plan. Todos llegamos a la conclusión de que vamos a intentar, pero qué sucede, que nosotros solo somos la mano izquierda, la mano derecha es el Minsal. Si no tenemos la venia del ministro, que es la cabeza política y obviamente del presidente, para que autorice sus directores de las Unidades de Salud a que hagamos en equipo el trabajo de vigilancia epidemiológica, esto no podría avanzar.

Juan Pablo Álvarez, alcalde de Soyapango, recalca que no quiere quitar potestades al Ejecutivo, sino trabajar interinstitucionalmente. / Fotografía: Cortesía.

¿Cuántos alcaldes le apoyan en este plan municipal de control de la epidemia? ¿Siente que puede lograr la aprobación del estado de excepción en la Asamblea?

Digamos que Soyapango es el prototipo. Después de lo que yo hice el miércoles 8 de julio voy a trasladar esta documentación al resto de alcaldes y estamos claros que no todos pueden pedir lo mismo, pero estamos convencidos de que esto es para los municipios que están más duramente golpeados y, según el mapa de calor general que emite el Ministerio de Salud todos los días, en 10 municipios tenemos casi el 80% de los casos, entonces lo más seguro es que los 10 alcaldes de esos municipios harán esta misma petición.

Ahora, yo quiero dejar claro a los funcionarios que todos tenemos responsabilidad. Si por acción u omisión estamos permitiendo que la gente muera, entonces quiere decir que el hecho de no hacer nada o de no ponernos de acuerdo y si los muertos siguen, esto puede tener responsabilidades penales, porque están jugando con la vida de seres humanos. Yo espero que ojalá entiendan y se pongan de acuerdo allá arriba, o definitivamente nosotros que estamos aquí abajo, los que en realidad andamos en la calle, vamos a seguir presionando para que hagan algo. No es justo que estos listados de muertos sigan engordando. No es justo.

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