El centro de San Salvador se erige en la capital como un espejo roto y deteriorado de la historia salvadoreña: un claroscuro de sus riquezas culturales y de sus miserias políticas y económicas.
Construido al estilo europeo desde el siglo XVI, fue abandonado por las élites a mediados del siglo XX, tras el terremoto de 1986 y la guerra civil. En los años 90, el centro recibió a miles de familias proletarias que le dieron nueva vida e identidad, llenándolo de comercio informal y cultura popular. La violencia de las pandillas vino poco después, alimentada por la exclusión social.
Ahora, el proyecto de “revitalización” de Nayib Bukele busca un nuevo ciclo de desarrollo, que profundiza la desigualdad con desalojos forzados, prohibición del comercio informal y la destrucción del patrimonio histórico. Focos documenta en este especial el despojo de estos espacios antes de que una nueva historia sea impuesta.